Uno de los nuevos estudios adelantados en Estados Unidos determinó que a partir de la generación de hojas de árbol artificiales se puede crear combustible solar.
Este fenómeno conocido como fotosíntesis artificial le daría la opción a diferentes poblaciones de transformar energía luminosa en energía química, que luego podría ser almacenada para utilizarla cuando exista escases de este recurso.
Para Carlos Ariel Cardona Alzate investigador de la UN Manizales y experto en temas de biocombustible y bioenergía, “hay diferentes propuestas artificiales e incluso hasta naturales para el aprovechamiento de la energía fotosintética, sin embargo los esfuerzos que se realicen sobre el tema serán a la medida de las necesidades que se tengan en determinado país y por ello no podrían ser aplicables en varios paises.
Por ejemplo en Colombia la viabilidad de llevar a cabo este tipo de procesos es remota, ya que tienen una gran potencia agrícola, además de la variedad de desarrollos alternativos con residuos agroindustriales, lignocelulósicos y alimenticios.
“En mi concepto si se compara con países como Colombia la propuesta no tiene nada de espectacular, si bien son unas investigaciones muy fuertes con el fin de concentrar energía solar a nivel fotosintético, no hay mayor novedad porque por ejemplo en nuestro país es algo que ya se ha venido trabajando de otra manera y con algo todavía mucho más natural como lo son las algas”, comentó Cardona Alzate.
Según el investigador el uso de las algas es una opción más viable porque éstas atrapan la luz del sol y se encargan de trabajar con el dióxido de carbono para hacer el proceso de respiración-traspiración de forma totalmente natural, dando como resultado energía y como valor agregado la transformación de energía en aceite y almidón.
Los líderes de la creación de hojas artificiales han asegurado que la novedad en la investigación radica en el tipo de almacenamiento que se le dará al combustible solar, pues según ellos éste tendrá mayor densidad que la que se guarda en baterías o compresores.
“No podemos olvidar que países como Estados Unidos tienen sus fronteras agrícolas muy cortas y tiene una producción de biomasa y una capacidad fotosintética muy limitada”, aclaró el experto.