Manizales, dic. 10 de 2012 - Agencia de Noticias UN- Muchas edificaciones de nuestro país guardan en su arquitectura la historia de influencias europeas, desde el asentamiento de colonos españoles hasta el influjo republicano francés, italiano e inglés.
Tras la Conquista española, tanto la vivienda como los espacios destinados a funciones oficiales se enmarcaron en construcciones inspiradas en el sur de España y en regiones como Extremadura.
De aquella época aún se conservan ciudades icónicas de la Colonia (como Popayán, Monguí, Cartagena y Villa de Leyva), en las que puede verse un fuerte arraigo religioso con trazos muy marcados por conventos que reflejan la austeridad, la tradición y un aire de calma que preserva la idiosincrasia de ese pasado.
Con posteridad al grito de Independencia de hace 200 años, el país vivió una época de pugnas internas durante el siglo XIX que se podría considerar como un periodo que no dejó una producción arquitectónica notable (aparte de unos pocos teatros y edificaciones).
“Solo hasta las primeras décadas de siglo XX se logró un proceso más vigoroso, que se evidenció en edificaciones públicas y privadas (ferrocarriles con sus respectivas estaciones, hoteles y palacios de gobierno). Estas exhibieron fuertes influencias de arquitectos franceses, italianos e ingleses, que trajeron otros estilos constructivos dentro de la tendencia republicana, mucho más decorada y pintoresca, en contraste con un paisaje colonial esencialmente austero y severo”, cuenta Freddy Leonardo Franco Idárraga, docente de la UN en Manizales.
Esta época dejó construcciones muy representativas para el país, como el Teatro Colón de Bogotá, el Teatro Heredia de Cartagena, el Club del Comercio en Bucaramanga, la Gobernación de Caldas y villas italianas como las del barrio Prado en Barranquilla, entre otras que son reflejo de todo un contexto político nacional.
La marcada influencia europea en el paisaje urbano de Colombia sufrió una ruptura cuando, en los años treinta del siglo pasado, se abrió el Programa de Arquitectura de la UN en Bogotá.
Este hizo posible la formación de un grupo de profesionales y se gestó un ejercicio constructivo con identidad nacional, sin ignorar las intervenciones de otros estilos, como la Bauhaus alemana o la construcción estatal (pero en escalas mucho menores a las observadas en tiempos pasados).
El tema será expuesto por el ingeniero Franco Idárraga en el Simposio Internacional Oriente-Occidente: Contaminaciones Artísticas y Tecnológicas, que se celebrará a mediados del mes de diciembre en Milán (Italia).
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