Manizales, feb. 06 de 2013 - Agencia de Noticias UN- Desde la tradición occidental la alusión al placer (especialmente en nuestros días), se remite a un imaginario físico y carnal que desdibuja el gozo contemplativo que puede producir el arte.
Esa fijación sexual que se ha generado en torno al placer, movilizada por la música, el cine y la televisión, entre otras manifestaciones de la cultura popular del siglo XXI, han motivado el interés de investigadoras de la UN en Manizales por explorar aquella faceta que desliga este concepto del ámbito exclusivamente corporal.
“Antiguamente, el placer estaba relacionado con el goce contemplativo y de producción artística, como se evidencia en los dioses y musas de la literatura griega, donde este tipo de sensaciones de exaltación de los sentidos se generaba por un estímulo más ligado a la belleza estética de un poema o una pintura y de aquellas expresiones vinculadas a las artes”, indicó Ana María Moreno, estudiante de Gestión Cultural y Comunicativa de la Sede Manizales.
A partir de la línea de investigación “Cuerpo y placer”, se realiza un recorrido histórico para indagar la transformación de esta relación, evidenciando cambios como el del período medieval, en el cual el placer se vió enmarcado por una tendencia hacia el dolor, con mecanismos de tortura a los cuerpos y mediante artefactos que procuraban belleza como apretados corsés y el uso de zapatos que –tras la ilusión estética– terminaban por deformar la figura.
En este seguimiento a la evolución del placer a través de los siglos, la época actual representa otra gran ruptura, ya que tras los movimientos de contracultura del siglo XX, como el hippismo, la liberación sexual, el feminismo, el culto al cuerpo y a la eterna juventud, entre otros, se fue gestando un fuerte contenido sexual en torno al placer.
“Esta transgresión o invasión total de la noción de placer en torno al cuerpo, nos lleva a explorar desde lo artístico cómo es que ese cuerpo se sumerge en el arte y experimenta momentos de trance simplemente con el goce contemplativo y participativo que transmite una obra; lo que releva otras facetas en que se manifiesta el placer distintas a ese avasallamiento con que los medios nos bombardean con el imaginario de sexo y la sobreexposición y cosificación del cuerpo”, precisó Laura Vargas Arango, integrante del equipo investigador.
De este modo, las estudiantes destacan cómo el arte genera sensaciones de placer que incluso pueden ser inconscientes y pasar desapercibidas en la persona, tales como el estado de relajación al observar una obra, distensión muscular y espacios de ensoñación, entre otras.
“Los cuerpos que quieren sentir y ser sentidos por medio de manifestaciones artísticas, pueden llegar a mezclarse en un apasionamiento que produce una sensación visceral”, concluyó Vargas Arango.
Igualmente, la investigación planteará otras miradas al concepto desde algunas manifestaciones de arte no convencional de creadores colombianos.
(Por:Fin/amej/sup)