Manizales, may. 16 de 2013 - Agencia de Noticias UN- La condición natural del mundo es el cambio constante, por tanto las organizaciones y personas que presentan resistencia, y más en la era de la globalización, se quedarán rezagadas ante la innovación.
Ante esta realidad, cada persona tiene que asumir su rol, y uno de los elementos clave es la innovación, planteada como un conocimiento aplicado que genera valor en un proceso, tanto para los usuarios de los productos o servicios, como para las organizaciones mismas, en sus maneras de ser y hacer.
“El conocimiento per se no genera innovación, se requiere su aplicación en un objeto sobre el cual se produce un valor agregado, bien sea cualitativo o cuantitativo, cuya finalidad transforma, de algún modo, la vida de la sociedad”, indicó Carlos Humberto Contreras, director ejecutivo de la Corporación Enlace y ponente invitado a la Jornada de la Innovación efectuada en la UN en Manizales.
Para lograr innovación en el ámbito personal se requieren características aptitudinales como tener visión, convicción y querer romper paradigmas.
En el caso de las empresas, se necesita un sistema de gestión para la captura y maduración de las ideas, para lograr que se transformen en proyectos y, posteriormente, en productos y servicios que generen valor, apalancados por elementos complementarios como la financiación, formación del talento humano, toma de decisiones, entre otras.
En este sentido, hay varios tipos de innovación. Se crean productos con un uso novedoso y procesos que generalmente son invisibles para el público pero que las empresas aplican continuamente, como cambios frente a nuevas regulaciones ambientales, de salud o por estrategia de reducción de costos.
Igualmente, se encuentran las innovaciones incrementales, que mediante pequeños cambios aumentan el valor del producto, y las innovaciones radicales, como las grandes novedades que marcan una diferenciación en el mercado.
“Frente a todas estas manifestaciones de la innovación, en alguna instancia se generan cambios y, ante ello, solo hay dos opciones: o se le quiere o se le obliga, y esta última alternativa causa angustia y frustración. Quienes se niegan a este proceso ya sean personas, organizaciones o regiones, irremediablemente van a ser sometidas y dependientes”, puntualizó Contreras Ferrer.
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