Manizales, may. 24 de 2013 - Agencia de Noticias UN- Estudiantes de Arquitectura de la UN en Manizales recorrieron el campus Palogrande simulando condición de discapacidad, para entender las necesidades espaciales de aquellos que viven en tal situación.
De este modo, y sorteando obstáculos difíciles de percibir para una persona que no puede tenerlos en cuenta con facilidad, experimentaron diversas situaciones que los sensibilizaron, para trascender la teoría y diseñar espacios adecuados a necesidades reales.
“Desde 1997 la Ley 361 (llamada la Ley Clopatofsky) determinó que todas las escuelas de arquitectura del país debían incluir en su pénsum un taller de diseño, orientado a facilitar el desplazamiento de las personas en situación de discapacidad, pero no como un parámetro tangencial sino donde este sea el objetivo central de la materia”, expresó Julio Salamanca, docente de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo de la UN en Manizales.
En este sentido, los jóvenes del curso “Ejercicio Profesional” estudian el componente teórico que incluye conceptos, legislación y la normatividad para el diseño sin barreras arquitectónicas.
Sin embargo, para una mayor sensibilización y comprensión, integrantes de la Asociación de Personas con Discapacidad de Caldas (ADP) realizan un taller en el cual los jóvenes se ponen en su lugar.
“Experimentando la situación uno se da cuenta lo difícil que puede resultar desenvolverse en un espacio. Este ejercicio no solo nos sensibiliza sino que desde nuestra profesión nos hace ser más conscientes de que nuestros diseños deben ser incluyentes para facilitarles la vida a todos los usuarios”, manifestó Andrea Céspedes, una de las estudiantes.
El arquitecto es el responsable del hábitat construido, ya que es el encargado de diseñar los espacios donde todos funcionamos y en los que debe tenerse en cuenta uno de los principios de la Constitución de 1991, como es la inclusión social. No es la discapacidad física la que excluye sino la sociedad misma, por ejemplo, mediante un mal diseño de sus espacios.
En los decretos referidos a las licencias de construcción se menciona que, para obtenerlas, todos los proyectos deben cumplir con todas las normas de eliminación de barreras; y esto se plantea, de igual manera, en la Ley 400 (de sismorresistencia). No obstante, en el territorio nacional esto no se cumple porque los arquitectos aún no están formados para ello.
“Es muy importante que tanto los nuevos profesionales como los que ya están graduados se acojan a la normativa. Esto hará que la población con discapacidad tenga acceso a la inclusión a la que le está apostando el Gobierno. De igual manera, esto ayuda a cerrar la brecha de exclusión a la que se ve sometida la población con discapacidad”, concluyó Andrés Felipe Olivero Sánchez, tallerista invitado a la capacitación.
(Por:Fin/amej/sup/nics/fgd)