Manizales, jul. 02 de 2013 - Agencia de Noticias UN- Entre los múltiples perfiles que constituyen el acervo de un gestor cultural se destaca su capacidad para descubrir y promover los potenciales de la comunidad o de los proyectos sociales a su haber.
La profesión del gestor cultural está conformada por diversos abordajes y disciplinas como la antropología, la sociología, la comunicación, el mercadeo y las artes, entre otras; esta amplia gama de intersecciones del saber está transversalizada por la fortaleza para generar y dinamizar procesos de autogestión con las personas y entidades vinculadas.
“En este sentido, más allá de ejecutor o administrador de la cultura, el compromiso del gestor se enfoca en identificar valores y todo aquello que pueda ser susceptible de fortalecer a las personas o a los mismos proyectos, resaltar estos atributos y empoderar a las comunidades para aprovechar estos recursos en pro de su desarrollo”, indicó Sandra Milena Páramo Posada, estudiante de la Maestría en Administración de la Sede Manizales.
Desde este panorama, el ámbito de la cultura –escenario natural del gestor– comienza a ser concebida como un terreno fértil para motivar e incentivar propuestas de autogestión.
“Esta disciplina se plantea como potencia que descubre y comprende problemáticas de la comunidad; asimismo, desarrolla herramientas donde se combinan estrategias gerenciales, prácticas culturales, reflexiones sociales y técnicas de mercadotecnia, entre otras, para generar alternativas que maximicen el horizonte hacia el desarrollo de sus capacidades”, agregó la investigadora.
Igualmente, el gestor puede consolidar estas tendencias en proyectos para la recuperación social y ambiental a través de la educación y la cultura. “Cada dimensión relacionada con el patrimonio, lo ambiental o las artes, son campo de exploración donde además de planes de manejo, de una adecuada administración y políticas culturales, se requieren procesos ajustados a los lugares donde el gestor puede ser estratega y ejecutor”, planteó la investigadora.
De acuerdo con estas reflexiones, el profesional en Gestión Cultural y Comunicación se visibiliza en una articulación de varios frentes: gestión del conocimiento, gestión del talento humano y gestión del cambio social. Esta convergencia finalmente, consigue fortalecer a las comunidades para que se empoderen con respecto a sus potenciales y sean promotoras de las soluciones a sus necesidades.
(Por:Fin/amej/sup)