Manizales, Sep. 04 de 2013 - Agencia de Noticias UN- Investigadora de la Universidad de Kansas trabaja con la U. N. en un estudio que será insumo académico para contribuir a la gestión del recurso hídrico en el casco urbano de Manizales.
Aunque Diana Lorena Restrepo Osorio lleva trece años radicada en Estados Unidos, esta manizaleña estudiante en la Universidad de Kansas no olvida su tierra, y a través del apoyo que la Universidad Nacional de Colombia le presta para su trabajo de Maestría en Estudios Latinoamericanos con enfoque en Problemas Ambientales, especialmente en el recurso hídrico, continúa realizando aportes a su ciudad natal.
Ella enfoca su mirada en los problemas relacionados con el agua, ya que esta es esencial para la existencia de todos los organismos; por ello, es imperativo estudiarla de manera exhaustiva, más aun con las actuales condiciones de amenaza por el cambio climático.
En Latinoamérica, a pesar de su riqueza hídrica, muchos de los glaciares tropicales están quedando sin agua para surtir las cuencas que sustentan a millones de personas y la agricultura.
“Pero no solo los glaciares y otras fuentes de agua superficiales se ven afectados, también las reservas subterráneas (o acuíferos) se explotan de tal manera que hay ejemplos como ciudad de México, que presenta hundimientos de su infraestructura en áreas que anteriormente eran reservas del vital líquido”, explicó la investigadora.
Según Restrepo, la necesidad de un mejor manejo del recurso también se observa en casos como el de Bolivia –donde hasta al agua producto de la lluvia le impusieron tarifa– y el de las tribus indígenas en la Amazonia ecuatoriana, quienes sufren graves enfermedades por la polución residual del agua, a causa de la explotación de petróleo en el subsuelo de la selva tropical.
Por tanto, con el propósito de fortalecer las medidas para proteger el recurso hídrico, Diana Lorena Restrepo se enfocó en el caso de su natal Manizales, teniendo como referencia los sucesos ocasionados por el agua a finales del año 2011.
“Es un ejemplo clásico en la necesidad de mejorar la gestión, pues dejó como consecuencia cerca de cincuenta muertos, más de veinte días sin el líquido y el desprestigio de la calidad de agua de la ciudad”.
Para el estudio en desarrollo, la investigadora retoma el Método Q, muy usado en el campo de las Ciencias Sociales y que ahora incursiona en las Ciencias Naturales. A través de este se puede llevar a cabo la relación de datos tanto cuantitativos como cualitativos.
“Como herramienta para aplicar el método se efectuó un análisis de contexto de los medios de comunicación noticiosos, de donde se extractaron apartes que a través de la metodología condujeron a las personas a asumir una posición sobre los aspectos que consideraron determinantes en la magnitud del desastre”, dijo la estudiante de la Universidad de Kansas.
Entre los treinta encuestados que aportaron su percepción al estudio hay personas afectadas directamente por la situación, funcionarios de entidades como la Oficina Municipal para la Prevención y Atención de Desastres (Ompad), Aguas de Manizales, Cámara de Comercio, Central Hidroeléctrica de Caldas (Chec) y ciudadanos del común.
Los resultados pasarán por una fase de análisis estadístico, de la cual saldrán sugerencias para mejorar el manejo del recurso hídrico en Manizales y aportarán material académico al Instituto de Estudios Ambientales (IDEA) –que ha acompañado la investigación– y a entidades como la Corporación Autónoma Regional del Caldas (Corpocaldas), la Ompad y al proyecto de la cuenca del río Chinchiná, entre otras.
El análisis, además, espera enriquecer las iniciativas emprendidas por la Administración local en la búsqueda de soluciones y cambios estratégicos para enfrentar la raíz de este problema y ayudar a la toma de decisiones acerca del manejo del recurso hídrico, para prevenir este tipo de desastres en el futuro.
(Por:Fin/AMEJ/CAPG/sup/arm)