Noticias

Concepto de borde adquiere nuevas definiciones en arquitectura

bordes   Manizales, sep. 12 de 2013 - Agencia de Noticias UN- Cuando se experimentan alternativas para pensar una obra arquitectónica, usualmente hay una relación con el espacio, la estructura y la materia, allí el “borde” surge como foco para nuevas propuestas.

 

 

Los bordes determinan el límite entre un espacio y otro; marcan la relación entre el interior/exterior, interior/interior, exterior/exterior, espacio público/privado o dos espacios privados.

En ocasiones, estos pueden ser muy contundentes o generar algún tipo de transición; sin embargo, en la práctica, dicho borde suele ser tan esquemático que no trasciende la construcción de un muro. Por tanto, el profesor Daniel Ventura, de las universidades de Flores y Buenos Aires, compartió con los estudiantes de la U. N. en Manizales otras posibilidades para reconfigurar este concepto.

“Lo que hacemos es construir de manera que el borde no sea necesariamente un muro de quince centímetros con puertas y ventanas, sino que buscamos que pueda tener un espesor que incluya también un espacio funcional, que no esté restringido a ser un límite o una separación, sino que pueda tener diferentes usos”, indicó el arquitecto.

En este sentido, el borde puede ser tanto la puerta de entrada o una ventana clave para la iluminación, como un espacio para sentarse, para incluir muebles o un punto especial de circulación del aire.

Entonces, de la idea de un muro con espesor de pocos centímetros, se puede pasar a originar un espacio de hasta un metro de ancho y bajo, por ese motivo el profesor Ventura anima a trabajar nuevas alternativas para dar cuenta de la construcción de una pieza que termina reconfigurando la estructura del espacio arquitectónico.

Bajo esta concepción, el borde intenta dar cuenta o brindar opciones a problemas como asoleamiento, relación de la luz, espacio interior y exterior, materialidad, percepción del lugar y atravesamiento. El punto es buscar cuántas posibilidades adicionales entran en juego en ese espacio mediante las transformaciones que pueden lograrse variando el espesor de un muro.

“Ejemplo de ello es una obra llamada la Casa de Ladrillo, ganadora del premio Bienal de Arquitectura Iberoamérica, en donde el trabajo con el borde empezó a desmaterializarse y ese muro, que es el cerramiento entre lo que pasa adentro y afuera, empezó a contener muebles, parasoles, ventilaciones y elementos que puestos de variadas maneras reconfiguran el borde hacía un mundo de posibilidades”, precisó el profesor Daniel Ventura.

(Por:Fin/AMEJ/CAPG/LADC/arm)

Cargando Agencia de Noticias UN