Manizales, sep. 13 de 2013 - Agencia de Noticias UN- Tanto en el POT (Plan de ordenamiento territorial) de Manizales como en el de la cuenca del río Chinchiná se efectúa estudios de cambio climático para conocer el comportamiento de esos fenómenos a futuro y anticiparse a sus efectos.
Estas investigaciones, que abandera la Universidad Nacional de Colombia en Manizales, analizan el grado de vulnerabilidad y riesgo que puede tener la capital caldense de aquí al año 2050.
Dados los múltiples riesgos naturales de los que es susceptible la ciudad, esta no puede sustraerse de esa realidad que se presentará en el futuro; por tanto, es imprescindible adelantarse e iniciar la adaptación.
“El cambio climático define situaciones futuras donde ciertos fenómenos naturales se pueden agravar como es el caso de aumento de lluvias, que puede derivar en deslizamientos e inundaciones.
Igualmente, origina problemas en cuanto a temperatura, humedad e incluso en la retracción del glaciar en el Parque Nacional Natural Los Nevados, con influencia en el recurso hídrico y en el riesgo de desastres que se puedan presentar en las cuencas de los ríos y laderas de la ciudad de Manizales y en la cuenca del río Chinchiná”, manifestó Ómar Darío Cardona, Profesor de la U.N. en Manizales.
Se adelantan estudios de orden climático con el apoyo de las estaciones hidrometeorológicas que permiten hacer cierto tipo proyecciones de lo que pasará hacia el futuro con base en lo que ha venido ocurriendo en el pasado. Esto permite realizar nuevos cálculos del potencial de deslizamientos e inundaciones, según las precipitaciones.
“Esto no solo se realiza pensando en el año 2050; las condiciones de la ciudad exigen atención sobre las estrategias de adaptación al cambio climático que se manifiesta permanente en lo local, a través del riesgo, un problema del presente para el cual desde ya se analizan previsiones futuras”, indicó Cardona Arboleda, integrante del Instituto de Estudios Ambientales – IDEA.
Este proceso convierte a la ciudad en un laboratorio natural con excelente instrumentación, tecnología y con expertos de la U.N. aportando en esas áreas, lo cual la posiciona como ejemplo para replicar sus buenas prácticas de gestión del riesgo en el ámbito internacional.
(Por:Fin/amej/jcrf)