Manizales, sep. 26 de 2013 - Agencia de Noticias UN- Estudiante de la U.N. contribuyó con la reformulación de los balances de materia de una industria química francesa dedicada a la fabricación de productos derivados del cloro y la soda cáustica.
Un balance de materia es la base para hacer un análisis ingenieril que permite evaluar si un proceso está dando los rendimientos esperados, si la planta de una industria es rentable económicamente y si está cumpliendo con la reglamentación ambiental.
A partir del balance se cuantifican las materias primas y los productos obtenidos en un proceso, lo que permite estimar si hay pérdidas de flujos, y si es necesario reparar máquinas o existe un mal uso de insumos.
El aporte de Andrea Patricia Cuesta Mosquera, estudiante de Ingeniería Química de la Universidad Nacional de Colombia Sede Manizales, se enfocó en la actualización de estos balances, con el fin de hacer frente a las diferentes transformaciones por las cuales estaba atravesando la empresa: integración de nuevos procesos químicos, mejoras en la red informática, cambios organizacionales y en las normatividades ambientales europeas.
Específicamente, la estudiante trabajó en dos líneas: en el ámbito de ingeniería de procesos y en el área ambiental.
En la primera, los nuevos balances se requerían para la implementación de membranas, que es una tecnología para optimizar la separación de los productos en una reacción química.
En la segunda, aportó en la caracterización y cuantificación de efluentes líquidos, en este caso derivados del proceso de obtención de hipoclorito (lejía o límpido), para contribuir al diseño de un nuevo sistema de tratamiento.
“En cuanto al primer aspecto, la actualización de los balances se hacía necesaria, ya que la empresa estaba implementando membranas para separar la soda cáustica, el cloro y el hidrógeno de una manera más eficaz, y además disminuir el elevado consumo de energía eléctrica de la planta”, indicó Cuesta Mosquera.
Para ello, se partió del inventario y evaluación de la instrumentación de esta industria, es decir todos los equipos que miden variables como caudal, presión, temperatura y volumen; determinar cuáles debían ser reparados o reintegrados; y seguidamente evaluar y actualizar el software a través del cual la información proveniente de estos equipos llegaba a las herramientas de cálculo que realizan el balance.
En segunda instancia, el trabajo con efluentes se realizó en el Taller de producción de lejía. Estos efluentes, que tienen alto contenido de hipocloritos, son recolectados y tratados. Sin embargo, debido a cambios en la reglamentación ambiental se requiere un nuevo sistema de tratamiento.
“Allí la idea era implementar un nuevo proceso, de tal manera que se siguiera cumpliendo con la normatividad medioambiental y se generara un impacto económico positivo para la empresa, debido a las posibilidades de reutilizar parte de estos efluentes en otros procesos. Entonces los cuantificamos y tomamos muestras para hacer los análisis, ver qué concentración tenían y, con ello, consolidar la base del nuevo método de tratamiento”, manifestó la investigadora.
Estas acciones requirieron de un trabajo interdisciplinar con ingenieros químicos, industriales y electricistas, con instrumentistas, especialistas en informática, personal vinculado en la gestión de proyectos y otros expertos, quienes validaban las labores efectuadas con la contribución de la estudiante de la U.N.
(Por:Fin/amej/sup/LADC/arm)