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La corrupción se combate promoviendo la ética empresarial

corrupcion   Manizales, oct. 18 de 2013 - Agencia de Noticias UN- La práctica conocida como Whistleblowing (denuncia de irregularidades) pone en evidencia actos de corrupción o ilícitos que se puedan estar presentando en una organización y atentan contra el interés público.

La práctica conocida como Whistleblowing (denuncia de irregularidades) pone en evidencia actos de corrupción o ilícitos que se puedan estar presentando en una organización y atentan contra el interés público.

En esta situación, la persona que se entera del hecho se debate en el dilema de la lealtad con una institución o con el bien común.

Con una ponencia sobre este tema, la docente María del Pilar Rodríguez, docente de la Universidad Nacional de Colombia en Manizales, obtuvo mención especial de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el concurso internacional de Casos para la Enseñanza de la Administración.

Ante hechos de este tipo la profesora Rodríguez realizó un análisis basado en tres principios: la ética de las virtudes, la deontológica y la utilitarista que evalúa si es o no correcta la ejecución de esta práctica.

“Desde la perspectiva de la ética de la virtud, el Whistleblower (persona que alerta sobre la irregularidad) ejerce el coraje, la veracidad y la justicia, pero debe tener motivos correctos que sean guiados por valores morales. En todo caso, lejos de ser una traición es una muestra de lealtad racional hacia la organización”, argumentó la investigadora.

Por otro lado, señala la docente de la U.N., en la ética deontológica acudiendo a Kant y a Krogsgaard, el Whistleblower puede tener la conciencia tranquila por haber cumplido con su deber de combatir el mal.

“Y desde una perspectiva utilitarista, las consecuencias positivas de tales denuncias superan con creces las secuelas negativas para las organizaciones y los implicados. Por tanto, a partir de estos tres abordajes se puede decir que el Whistleblowing no solo no representa una práctica desleal sino que es correcta y deseada para favorecer el bien común”, precisó.

Sobre el reconocimiento otorgado por parte de la UNAM, la docente manifiesta que casos como estos se convierten en herramientas de gran utilidad para integrar conocimientos de diversas disciplinas y aplicarlos a realidades concretas que permiten que su uso genere ventajas en la enseñanza y el aprendizaje.

“Específicamente, en la ética organizacional, además de ser una buena técnica para enfrentar a los alumnos a dilemas y toma de decisiones éticas del mundo real, los estudios de caso son medios reconocidos para combatir la corrupción, ya que ponen en evidencia las malas prácticas y les dicen a los protagonistas que los hechos deben ser de conocimiento público”.

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