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Música de la región Andina con menor proyección que la del Caribe

baile   Manizales, nov. 06 de 2013 - Agencia de Noticias UN- La industria musical en el país tiene grandes diferencias entre la región Andina y El Caribe. La primera tiene un público muy reducido mientras que la última alcanza una demanda cotidiana y masiva.

Según la investigación doctoral realizada en la Universidad Michel de Montaigne en Francia por la docente Sandra Velásquez de la Universidad Nacional de Colombia en Manizales, dentro del espectro musical de Colombia en las primeras décadas del siglo XX, tanto pasillos como guabinas, bambucos y en general las sonoridades propias de la región Andina hacían parte de los éxitos de aquellas épocas, conquistando un amplio rango de público entre niños, jóvenes y adultos.

“En aquel entonces la industria fonográfica estuvo muy interesada en grabar este tipo de música, por lo cual hay numerosos registros de antaño que son joyas del recuerdo de lo que escuchaban las pasadas generaciones, pero en la actualidad la oferta de música nueva de este estilo es muy reducida”, manifestó la investigadora de la Sede Manizales.

Este fenómeno se debe a que en la gran industria se generó la idea de que la música se vendía más si se bailaba, y la relación entre música y danza entre los ritmos de la región Andina no tiene una correspondencia tan fuerte. “Por supuesto que estas músicas se bailan, pero su práctica no está vinculada a la cotidianidad y quedó reducida a espacios especiales como las fiestas de San Pedro, presentaciones artísticas o actos conmemorativos en distintas instituciones”, precisó la profesora Velásquez.

Contrario a ello, la música del Caribe conlleva a un encuentro diario con el baile y no está supeditado a programaciones especiales como sucede con los ritmos andinos. Esta situación causó que la música de esta región perdiera interés para las disqueras y se trasladara hacia los sonidos de la costa.

“Este fenómeno proporcionó un gran impulso a la música tropical produciendo continuamente nuevas propuestas, ya que su vínculo con el baile genera la demanda constante del público, y por tanto el fenómeno de ventas hace que las grandes casas productoras les apuesten en mayor proporción a ritmos como el vallenato”, expresó la docente.

Igualmente, hay que mencionar un aspecto que es a la vez una fortaleza y una amenaza para la música de la región Andina: la gran diversidad y cantidad de festivales institucionalizados que se extienden a lo largo del país desde Pasto hasta los Santanderes.

“Estos espacios hacen las veces de circuitos de difusión pero tienden a quedarse en un ámbito muy local comparado con la proporción de las grandes disqueras. Asimismo, la producción con relación al contenido está supeditada a los parámetros del evento, por lo cual la participación del artista es un asunto de competición que depende de los cánones del festival, de modo que es una gran oportunidad pero con restricciones para los músicos”, concluyó la investigadora.

(Por:Fin/amej/sup/jcrf)

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