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Perspectiva administrativa de la novela El olvido que seremos

el ovlido   Manizales, nov. 20 de 2013 - Agencia de Noticias UN- Un paralelo entre esta obra literaria y las organizaciones evidencia que en las empresas ponen obstáculos a las personas con pensamiento diferente cuando sus aportes podrían apalancar procesos de desarrollo e innovación.

La reflexión que propicia la historia narrada por el colombiano Héctor Abad Faciolince, permite acercarse a la forma en que actualmente se gestiona y se potencializa el recurso humano en las organizaciones, en el contexto de una sociedad reacia a cambiar sus costumbres.

El análisis que realiza Laura Vanessa Martínez López, ponente en el Foro de Administración 2013 efectuado en la Universidad Nacional de Colombia en Manizales, deja al descubierto que en el ámbito de la administración no basta con el liderazgo, sino que esta es una profesión de planeación estratégica.

En su reflexión, Martínez retoma la historia y los personajes principales del texto (Héctor y su esposa) para mostrar cómo ambos, líderes innatos, sacan adelante sus proyectos. No obstante, a pesar de la pasión de Héctor por sus ideales sociales, las iniciativas de su mujer alcanzan mayor repercusión gracias a la organización y planeación cuidadosa de cada actividad.

“Más allá de la profunda pasión de Héctor, protagonista de la historia por su lucha social, su evidente liderazgo fue poco eficaz por la falta de organización en sus tareas, ya que se obsesionaba con tantos propósitos a la vez, que dejaba algunos sin resolver, mientras que su esposa, de manera más sistemática, fue llevando su empresa a grandes dimensiones gracias a su espíritu estratégico y planificador”, indicó la estudiante de Administración de Empresas de la Sede Manizales.

De acuerdo con Martínez, aún hoy en el mundo de la administración se observa cómo en muchas organizaciones las iniciativas diferentes o innovadoras se ven desperdiciadas por el miedo de los líderes a aceptar el cambio o a aplicar mejoras, aferrados a lo tradicional o a creencias obsoletas.

“A pesar de que las teorías administrativas ponen de manifiesto la importancia de la motivación y de estimular al empleado, más aún cuando se trata de aportar al crecimiento institucional, actualmente este tipo de segregaciones sigue siendo muy recurrente y lleva a los subalternos a descartar sus ideas sin atreverse siquiera a compartirlas por miedo a represalias o porque simplemente sabe que no van a ser escuchadas”, preciso la ponente.

Frente a esta problemática, la estudiante hace un llamado a la academia para que así como se inculcan las teorías y técnicas para el éxito empresarial, no se pierda de vista el espíritu crítico ante las realidades que aquejan a la sociedad. De igual manera, que se tenga en cuenta el papel fundamental del administrador como estratega y líder que sabe motivar el bienestar y las iniciativas de los empleados.

(Por:Fin/amej/sup/AC)

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