Manizales, dic. 02 de 2013 - Agencia de Noticias UN- ara proteger uno de los valores que sustentan el Paisaje Cultural Cafetero de la Unesco, surge la iniciativa de realizar un manual de mantenimiento preventivo para la arquitectura tradicional de este patrimonio.
Alrededor del cultivo del grano en la región cafetera se han producido espacios, estructuras y materiales de manera tan peculiar, que hacen que su arquitectura tradicional -tanto urbana como rural- se distinga por características propias desde el punto de vista de la morfología y la ornamentación.
“El manual se proyecta como estrategia para combatir el deterioro de estas edificaciones que se da por la falta de conocimiento que los propietarios y la comunidad tienen sobre este tipo de arquitectura en el manejo de los materiales, de las técnicas constructivas y de mantenimiento”, indicó Juan Manuel Sarmiento, docente de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo de la Sede Manizales.
La idea es hacer recorridos por los 51 municipios que forman parte del Paisaje Cultural Cafetero en los cuatro departamentos (Caldas, Risaralda, Quindío y Valle). Y en estos sitios consultar a maestros de obra, carpinteros y ebanistas que ya son personas de edad con una vida dedicada a este oficio, que también ha ido desapareciendo, y recopilar todo ese acervo de procedimientos y conocimientos específicos acumulados durante años sobre la conservación de esta arquitectura tan propia.
Es necesario resaltar que la iniciativa está dirigida a las familias que habitan el inmueble o los propietarios, y se busca motivar a realizar el mantenimiento periódico requerido para conservar la vivienda en buenas condiciones, ya que una intervención de mayor envergadura la tendrá que hacer un arquitecto o un ingeniero especialista en el tema.
Además de la tarea de recuperación, se quiere rescatar esa tradición que existía en nuestro territorio donde las familias tenían una disciplina para cuidar sus casas y sistemáticamente les hacían mantenimiento.
“Entre estos cuidados se inmunizaba la madera regularmente, se velaba por que la pintura se conservara en forma adecuada, limpiaban los techos de las casas, retiraban las hojas secas que tapaban los diferentes canales para que el agua corriera, se destapaban los drenajes, los muros de tapia y bahareque de tierra se mantenían libres de todo tipo de obstáculos, se revocaban la paredes correspondientes para que la tierra pudiera ‘respirar’ y una cantidad de prácticas más que se han perdido, sobre todo antes de la temporada de lluvias, y que están conduciendo al deterioro de este patrimonio de la humanidad”, precisó el profesor Sarmiento Nova, uno de los gestores del proyecto del PCC.
(Por:Fin/AMEJ/CAPG/sup/jcrf)