Manizales, ene. 07 de 2014 - Agencia de Noticias UN- Agentes locales, soporte técnico y compromiso administrativo son tres factores críticos involucrados en el éxito de un proyecto patrimonial que contribuya a mejorar la calidad de vida de los habitantes del lugar.
Según Joaquim Sabaté –experto en patrimonio invitado por la Universidad Nacional en Manizales– aunque estos aspectos no aseguran el éxito del proyecto, sí conforman lo que él denomina el “triángulo virtuoso de los factores imprescindibles en el ámbito territorial” para sacar adelante iniciativas ejemplares de este tipo.
“El punto prioritario es que haya agentes locales defensores de su territorio, quienes deben ser los principales garantes del equilibrio entre mantener y modernizar, entre preservar y mejorar su calidad de vida para que los pobladores vivan con mayor dignidad”, argumentó el docente de la Universidad Politécnica de Barcelona.
En segundo lugar, debe haber un conjunto de profesionales estudiosos y gente interesada que brinde soporte técnico a los proyectos. En este aspecto, la academia y sus investigadores juegan un papel fundamental.
En última instancia, para completar el “triángulo” que propone Sabaté, es necesaria la existencia de una entidad administradora lo suficientemente sensible que dé cobertura y apoyo, de modo que empuje al esfuerzo conjunto de los agentes locales y de los profesionales que trabajan para sacar adelante el proyecto.
Adicionalmente, está la necesidad de sumar estructuras narrativas a las habituales estructuras funcionales que construyen los arquitectos, pues cada lugar está cargado de información que debe ser difundida mediante la trasmisión de historias, que incluso pueden generar más valor que algunos espacios físicos, expresó el profesor Sabaté.
Cada historia debe respetar el espíritu del lugar, ser fiel a los hechos (evitando el contenido ficticio) y articularse a diferentes formatos para llegar de manera efectiva y atraer diferentes tipos de público, tanto a los locales de diversas edades y estratos sociales como a los turistas de cualquier parte del mundo.
“En este sentido, es muy importante trabajar con los recuerdos. El valor de lo inmaterial es gran promotor de estos proyectos, porque muchas veces solo se fija la atención en las piedras, las terrazas, los edificios y las personas, pero se deja en segundo plano las tradiciones, la idiosincrasia y los folclores. La memoria no puede echarse al olvido porque está en peligro de extinción cuando desaparecen las personas que pueden transmitirla”, precisó el investigador durante su visita a la Sede Manizales de la U.N.
(Por:Fin/amej/sup)