Manizales, mar. 11 de 2014 - Agencia de Noticias UN- El uso intensivo del suelo que ejercen los constructores para maximizar sus ganancias, amplía problemáticas sociales como el desplazamiento, debido a la migración de las personas que habitaban esos espacios.
Así lo señaló Óscar Alfonso, profesor de la Universidad Externado de Colombia, quien discutió con docentes de la U.N. este y otros temas relacionados con el hábitat y la ciudad, durante el "Seminario nacional: Pensamiento y praxis académica y social, en torno al derecho a la ciudad y el territorio” realizado en Manizales.
A pesar de ser un fenómeno que desde hace 141 años fue denunciado por Federico Engels, el concepto gentrification tiene un agravante especial en el contexto colombiano.
De acuerdo con el docente, dicho concepto alude a la edificación de un nuevo parque inmobiliario en zonas previamente conquistadas por sectores populares. “Es un fenómeno que se da en toda las ciudades del mundo, pero que América Latina, particularmente Colombia, lo vive diariamente. Esta situación agrava las dificultades que tenemos para producir suelo habitable para personas de bajos ingresos”.
De este modo, los antiguos residentes que deben “desalojar” sus terrenos (comprados a precio de “mercado”), tienden a ubicarse en la periferia o en municipios cercanos, aumentando sus costos de transporte público en detrimento de la canasta familiar y en general en la calidad de vida. En este mismo sentido, la ciudad debe responder con un mayor parque automotor para soportar esta demanda, comentó el profesor Alfonso.
En este sentido, los nuevos habitantes del proyecto que se construye van a generar una densidad adicional que congestiona los alrededores de la zona, además las vías no están preparadas para albergar el crecimiento del transporte. Esto exige más esfuerzos públicos que de algún modo tienen que ser compensados.
“Por otra parte, los antiguos residentes de ese espacio deberían tener mayor participación en las ganancias por el uso del suelo, asimismo el sector público también tendría que recibir una compensación. A esta retribución la denomino gravamen de regeneración urbana, un cobro que se debe plantear a estos procesos de reconfiguración de la urbe”, afirmó el docente de la Universidad Externado de Colombia.
Las medidas tributarias y de regulación urbana permitirían a las ciudades en crecimiento como Manizales, Pereira o Armenia captar algún recurso de esta actividad a fin de atender las externalidades de este fenómeno que parece invisibilizado pero que deja claras huellas de sus problemáticas en el territorio.
(Por:Fin/FLPV/sup/AC)