Manizales, jun. 17 de 2014 - Agencia de Noticias UN- La incidencia de cauces naturales y de cuencas urbanas hacen que en el tema de la construcción ya no se priorice el espacio a habitar sino la naturaleza que se ocupará.
Un error común que se presenta en el momento de consolidar un proyecto de construcción de cualquier tipo, es no conocer los antecedentes topográficos e históricos que tiene el terreno y no respetar los espacios naturales que allí se encuentran.
A partir de esto, una investigación de la U.N. Sede Manizales propuso el estudio de 15 cuencas urbanas, resultado de la transformación tecnológica de las cuencas hidrográficas, con el propósito de analizar la sostenibilidad de las mismas en los procesos de planeación territorial.
El principal objetivo de la investigación doctoral denominada ‘La cuenca urbana como unidad territorial para la planificación del desarrollo sostenible en ciudades de media montaña del trópico andino’, era explicar que las cuencas urbanas son un modelo para el ordenamiento de la ciudad, ya que pasan de estar en su estado natural a ser ocupación territorial progresiva.
“El trabajo propone una metodología de planificación u ordenación territorial urbana a partir del estudio de diferentes ámbitos como las ciencias humanas, la geografía, la política, la geología, la ecología y desde los contextos sociológicos que tratan temas sobre el desarrollo sostenible”, afirma el profesor de la Sede Manizales y autor del proyecto, Gustavo Adolfo Agredo Cardona.
Asimismo, explica que los procesos que han llevado a la división territorial político administrativa en el país han sido heredados e impuestos, pues “se construyen escenarios no previstos en la ordenación y planificación, y a la medida que la población aumenta y la ocupación invade áreas se impacta de forma irreversible a las cuencas urbanas, como ocurriera en los inicios de la fundación de Manizales, que para dar paso a la ciudad se desecaron cuencas hidrográficas”.
Uno de los resultados de la investigación indica que para la formulación de un ordenamiento es necesario tener como base dos factores principales: las cuencas hidrográficas y el cambio urbano, con ambas se puede determinar la viabilidad de ocupación.
Incidencia de las cuencas urbanas
A partir de diversos análisis desde aspectos como registros meteorológicos, cartografía, cobertura verde, recurso hídrico, movilidad y tecnología, el proyecto define que las cuencas urbanas deben ‘renombrase’ como unidades territoriales para la sostenibilidad, de tal forma que cumplan una función primordial en la construcción de los Planes de Ordenamiento Territorial (POT).
Para ello se tuvo en cuenta las particularidades ecosistémicas de cada cuenca, es decir los rasgos relacionadas con su vocación analizando aspectos bioclimáticos y actividades que suceden al interior de éstas desde lo natural y lo tecnológico; “de esta forma se pueden encontrar escenarios con tendencia a ser urbanizados o simplemente como áreas para la conservación natural que definitivamente no pueden ser intervenidas u ocupadas en actividades de mayor impacto”, dijo el profesor de la U.N.
Como parte de los resultados y propuestas el investigador precisó que debe existir un modelo de unidad para cada región donde se desee generar un desarrollo natural y de infraestructura. Para esto propone una observación metodológica desde indicadores bioclimáticos junto con la teoría del color y redes neuronales.
“También se puede detectar en el análisis de cada cuenca que la biodiversidad, flora y fauna cambia dependiendo de la zona de vida, ese aspecto las hace particulares ante el conjunto de cuencas urbanas”, agregó.
‘Lo inductivo y lo deductivo’
La tesis de grado del investigador de la U.N, del doctorado realizado en la Universidad Politécnica de Cataluña y galardonada como Cum Laude, explica que las mejores alternativas radican en considerar a la comunidad como parte fundamental del sentir de la ciudad.
“Los saberes locales, la tradición oral y la visión del ciudadano frente a las intervenciones urbanas son factores que se tuvieron en cuenta y en los cuales se podrán apoyar a futuro; de manera tal que los resultados se entrelacen con la caracterización de los estudios técnicos y las propuestas del plan nacional de desarrollo para cada cuenca”, concluye.
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