Manizales, ago. 04 de 2014 - Agencia de Noticias UN- Con base en la experiencia de empresas manufactureras de la capital manizaleña, un estudio de la U.N. reveló que tras la apertura económica de 1991 priorizaron en servicio y calidad, más que en costos y producción.
A través del trabajo en áreas de competitividad, finanzas, mercado internacional, empresas y desarrollo regional, el Grupo de Investigación en Competitividad Empresarial y Desarrollo Tecnológico de la U.N. Sede Manizales estableció un panorama que permitió formular los retos del sector.
Según el profesor Luis Ignacio López, coordinador del grupo, desde la apertura económica promulgada en el mandato del expresidente César Gaviria en 1991, el Gobierno permitió la importación de una considerable cantidad de productos sin contraprestación, diferentes a los tratados de libre comercio.
“Esta apertura indiscriminada llevó a las empresas, acostumbradas a la protección de los aranceles, a una situación complicada”, comenta López.
Para explicar el fenómeno, los investigadores se apoyaron en las teorías de la contingencia y de recursos y capacidades, a partir de la experiencia de la industria manufacturera y cómo había afrontado la falta de competitividad.
Dichos modelos hacen referencia a la búsqueda de la mejor opción para contrarrestar la competencia. Las condiciones cambiantes del mercado hicieron que las compañías transformaran sus prioridades y le dieran más importancia a servicio y calidad, que a costos y producción.
“Al mirar la situación de las exportaciones colombianas, encontramos una primarización de la economía, es decir, la mayoría de nuestras exportaciones tienen que ver con productos con poco valor agregado”, señala López.
En cuanto a la estrategia de operaciones, se encontró que las empresas compiten en costo, calidad, flexibilidad, servicio y tiempos de entrega.
El experto destaca que apoyados en dichas variables se encontró que la preocupación fundamental es la calidad, en términos de exigencias y expectativas de clientes.
“La calidad se basa en la eliminación de fases que resultan siendo un desperdicio. El tiempo de entrega obliga a que los procesos de producción estén ajustados, es decir, los clientes ya no están dispuestos a esperar sino que ponen las condiciones, por lo que ya no vale la pena tener grandes inventarios”, comenta el administrador.
En cuanto a competitividad, López asegura que a pesar de que la apuesta es hacia la calidad, la mayoría industrial en Manizales sigue siendo básica.
Una de las grandes dificultades que encontró el grupo de investigación durante las entrevistas y el estudio empírico es que la mayoría de las empresas no tienen departamentos de investigación y desarrollo, por lo que al preguntar por innovación, se limitan a comprar tecnología y no a invertir en estudios.
(Por:Fin/MLIA/dmh/AC)