Manizales, ago. 25 de 2014 - Agencia de Noticias UN– A través de actos performativos con el cuerpo se pretende recuperar la memoria histórica e involucrar discursos de paz en las escuelas, en jóvenes universitarios y en sus familias.
Gracias al material informativo y fotográfico publicado por el Centro Nacional de Memoria Histórica, el profesor David Molina ofrece a sus estudiantes el aprendizaje de diferentes experiencias en torno al conflicto armado del país.
Para este semestre, los 80 estudiantes inscritos en la clase de Gestión de la Memoria Histórica de la U.N, Sede Manizales, deberán presentar y realizar dichos ejercicios a modo de ritual con sus familias, con lo cual se busca impactar a la sociedad sobre la importancia de la memoria histórica.
Desde esa asignatura, el profesor Molina enseña temáticas enfocadas hacia la creación de discursos sobre paz que serán retroalimentadas y puestas en práctica en su entorno familiar.
“El Centro Nacional de Memoria Histórica tiene mucho que contar, pero no lo estamos llevando a los colegios ni a las familias de los estudiantes, por tanto deja un vacío que hay que trabajar”, indica el docente.
Inicialmente, el ejercicio se llevó a cabo con aproximadamente 80 jóvenes estudiantes del Instituto Integrado La Sultana y el Colegio Campestre La Consolata, cuya dinámica se basa en la creación de representaciones con el cuerpo, en conmemoración de las víctimas.
“Somos seres de rituales, lo que le da sentido a la memoria tiene dos elementos básicos: lugares espaciales o puntos de encuentro y momentos; el acto básico es la conmemoración”, explica el profesor.
Traer a la memoria las fechas representativas de las víctimas, con rituales performativos, es la metodología de reconocimiento de nuestra memoria histórica.
Aquellas fechas construidas, como el 9 de abril y 7 de noviembre, son propicias para crear discursos compuestos por ceremonias de inicio, desarrollo y fin que involucren actos del cuerpo y sensaciones que generen recuerdos y, por ende, memoria en familia.
De las memorias a la paz
Según el profesor Molina, la memoria es un pasado hecho presente, a partir de un posicionamiento crítico. Con el performance los estudiantes trabajan, desde ese escenario, una proyección hacia la paz.
“Con base en los conceptos de resiliencia e imaginación, podemos soñar un país en paz, porque nosotros hemos aprendido a vivir en guerra”.
La resiliencia es la capacidad de sobreponerse a periodos de dolor emocional y situaciones adversas. En Colombia, según cifras del informe ¡Basta ya!, del Grupo de Memoria Histórica, 220.000 personas han sido asesinadas en los últimos 55 años en el conflicto armado. La Unidad de Víctimas tiene un registro aproximado 6.043.473 de víctimas del conflicto armado.
Estos ejercicios se proyectan para la construcción de una cultura de paz en torno al posconflicto, de manera que las familias lleven a cabo un proceso que los comprometa con la información aprendida.
“Tienen una condición ética y estética muy profunda y es la capacidad de imaginar un país en paz; construir discusiones de este tema entre las familias es rescatar el valor de las víctimas, lo cual prevalece porque se trata de reconstruir un pasado colectivo por medio de la memoria”, concluye el profesor.
(Por:Fin/MLIA/MLA/NH)