Manizales, sep. 18 de 2014 - Agencia de Noticias UN- Un cambio en el modelo económico nacional, que hoy es mayoritariamente extractivista, mejoraría los ingresos y salarios en las empresas colombianas.
Durante la Primera Rueda de Experiencias Empresariales Exitosas, Johannes Dobinger, representante de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (Onudi) invitó a los empresarios a cambiar la perspectiva económica en la que prevalece la exportación de materias primas por encima de la industria manufacturera.
Según estadísticas de Proexport Colombia, entre enero y julio de 2014, las empresas con mayor participación en las exportaciones fueron las manufactureras con un 53,5 % y el sector de mayor crecimiento fue el agroindustrial, con 227,1 millones de dólares.
Durante este mismo periodo, se exportaron 4.418 millones en manufacturas, 516,5 millones menos que en el 2013.
“Vemos que estamos en un 70 % u 80 % de exportaciones concentradas en recursos naturales sin mayor transformación, incluso hoy día hay menos exportación manufacturada que 10 o 15 años atrás. Es un proceso que hay que parar”, indicó Dobinger.
En ese sentido, un cambio de perspectiva económica extractivista hacia más valor agregado, más trabajo, equidad y sustentabilidad, impulsaría mayores exportaciones, con sueldos más justos que impactarían en la economía nacional.
El modelo económico extractivista basa sus exportaciones en la explotación de recursos naturales como el petróleo o la minería sin mayor transformación, lo que causa desempleo y dependencia de ingresos no sostenibles a largo plazo, por el alto impacto ambiental y social.
“La industria tiene sus retos ambientales, pero al compararla con el modelo extractivista, los problemas son menores y más tratables, es decir, que hay que delimitar en la política hasta dónde queremos ir con explotar nuestros recursos naturales y dónde empieza realmente la transformación”, agrega Dobinger.
Este cambio, inherente a las pequeñas y grandes empresas, debe realizarse también en los municipios y regiones productivas, bajo una mirada política incluyente.
En la Región Andina especialmente, como indica el representante de la Onudi, existe una tendencia de desindustrialización, lo que conlleva a un desequilibrio en el desarrollo económico que no genera trabajo, es desigual e incompatible con el medioambiente.
Realidad internacional
Países como Corea, Taiwán o China han logrado saltar hacia la productividad, gracias a su inversión en tecnología, innovación y educación para su economía nacional.
“En los países asiáticos, el 80 % de sus exportaciones son productos manufacturados de alto valor agregado que generan ingresos altos y salarios justos”, dice.
La creación de este puente entre la academia y el sector empresarial permite la movilización de recursos del Estado hacia las empresas que buscan innovar su manufactura, incrementando su poder productivo.
Para Dobinger, la mayor dificultad de Latinoamérica es la desvinculación entre las universidades y empresas privadas, además del trabajo político que se mantiene en conflicto desde diferentes dimensiones como la comercial, educativa y fiscal.
“El factor principal del retraso que hay en el cambio estructural del modelo económico en Latinoamérica es la falta de productividad, por lo que tenemos que apostar a sectores más innovadores que logren captar nuevos mercados y modelos económicos más inclusivos”, finaliza.
(Por:Fin/MLIA/MLA)