Manizales, Oct. 02 de 2014 - Agencia de Noticias UN– A través del entendimiento de la cadena de valor cultural, un profesor de la U.N. en Manizales cuestiona cómo se relacionan las disciplinas en la construcción de ciudades para la vida.
A modo de analogía, con la visión de un paneo (movimiento de la cámara sobre su propio eje) se encuentran las relaciones existentes entre el arte, la arquitectura, el diseño y el urbanismo para establecer puntos de semejanza de las numerosas expresiones culturales de las ciudades.
Dichas expresiones se ven reflejadas en el proceso cultural, estrechamente ligado con la economía en cuanto su inversión.
Comenzando con la creación de una idea, su producción, distribución y circulación, hasta llegar a la exhibición, consumo y participación, la cadena de valor cultural es el reflejo de una inversión que se maneja entre disciplinas como arte, arquitectura, diseño y urbanismo.
Dentro de esa cadena es posible determinar cada uno de estos elementos claves del proceso creativo, porque estas disciplinas son procesos en los cuales los expertos ponen a jugar su imaginación, con equipos interdisciplinarios para construir.
Para el profesor del Departamento de Ciencias Humanas de la U.N., Winston Licona Calpe, los procesos formativos de estas disciplinas han estado desarticulados y centrados en sí mismos, impidiendo relaciones con otras, lo que es fundamental para el ejercicio de la creación y la estética.
“Sabemos que este diseño está muy pegado a las lógicas del mercado y necesidades de los desarrollos industriales y tecnológicos”, explica. Por tanto, no se establecen ejercicios de relaciones interdisciplinares, sobre todo en sus resultados prácticos, generando impacto social en las comunidades, barrios y ciudades”, explica el economista.
A través de las múltiples versiones del Foro Urbano Mundial, organizado por la ONU Hábitat y celebrado cada dos años en diferentes ciudades alrededor del mundo, se obtiene un compilado de objetivos que buscan transformar las ciudades por una mejor equidad social.
En razón a la versión 2014 del Foro que tuvo como lema “Equidad Urbana en el Desarrollo – Ciudades para la Vida”, realizado en Medellín, Licona Calpe encuentra una amplia lista de compromisos que, lejos de ser puestos en práctica, harían del espacio habitado con otra visión, desde las disciplinas abordadas en su ponencia.
La economía de la cultura representa el primer estamento para crear arte, arquitectura, diseño y urbanismo y, por ende, ciudades para la vida. “Como base constructora de la sociedad, hoy día todo se mueve en función del ingreso”, agrega.
En ese sentido, la economía es un lenguaje y un hecho de cultura, que genera un sentido simbólico con el que se mueven las colectividades.
Desde la lógica de la economía de la cultura, las ciudades pueden enriquecer su construcción de obras artísticas, arquitectónicas, desarrollos de diseños y procesos urbanísticos, así se integran todos los elementos para mejorar la calidad de vida, mediante la inversión en pro de la comunidad.
Asumiendo una posición crítica, el profesor llama la atención sobre la importancia del trabajo en equipo, ya que es difícil buscar soluciones sino existe una articulación, que integre las políticas públicas, sectores privados y a las mismas comunidades.
Asimismo, en opinión del experto es necesario replantear el papel de los artistas con el propósito de que contribuyan en la sociedad, apropiándose de trabajos comunitarios y de valor real social.
Esta ponencia se presentó durante el Segundo Congreso Internacional de Posgrados en Arte, Arquitectura, Diseño y Urbanismo del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño de la Universidad de Guadalajara.
(Por:Fin/MLIA/dmh/nh)