Manizales, dic. 03 de 2014 - Agencia de Noticias UN- Fronteras invisibles y microtráfico son algunos de los factores que impiden a niños y jóvenes disfrutar de las actividades que brindan las casas de la cultura en las comunas de esta ciudad.

Estudiantes de la asignatura en Comunicación Comunitaria de la U.N. Sede Manizales realizaron un ejercicio piloto en el Barrio Sinaí de la comuna Ciudadela del Norte, específicamente con niños y jóvenes del Liceo Mixto Sinaí, en el que diseñaron estrategias para aumentar el número de asistentes a la Casa de la Cultura Infantil y Juvenil, ubicada en el barrio de Villahermosa.

Esta casa fue creada en el año 2002 con el fin de brindar escenarios alternativos de participación y educación en el área artística y cultural, para aportar al desarrollo integral de los niños, jóvenes y la comunidad en general.

“Las casas de la cultura son escenarios de libre socialización, que facilitan procesos de participación, formación y organización comunitaria, a través de las expresiones artísticas y socioculturales , así pues, garantizar los derechos, el desarrollo humano social y la formación de ciudadanía con sentido crítico”, indica Juliana Gil, coordinadora de la Casa de la Cultura.

Desde hace algunos años, la cantidad de niños y jóvenes que, generalmente, participan de las actividades recreativas ha disminuido, por lo tanto, los estudiantes iniciaron un reconocimiento del sector para definir cuáles son los posibles factores causantes de la deserción.

A través de ejercicios de observación, diálogo y entrevistas a 46 niños entre los ocho y 12 años y aproximadamente 70 jóvenes, de los grados noveno y once, la investigación determinó que factores como las fronteras invisibles, riñas entre pandillas, microtráfico, embarazos no deseados en adolescentes y distancias espaciales son un impedimentos para que esta población asista a la Casa de la Cultura.

“La participación no se ve afectada solamente por sus gustos, sino también por su entorno; los problemas existentes perjudican en particular a los jóvenes, pero es importante conocerlo, porque con base en ello podemos aumentar la participación”, explica Andrés Mauricio Pineda, estudiante de Gestión Cultural y Comunicativa.

Por otro lado, Rosa Victoria Zuluaga, estudiante de Ingeniería Eléctrica, comenta que al principio fue difícil conseguir que los estudiantes hablaran al respecto, por ello mediante diferentes técnicas lúdicas, como el uso de colores y pinturas, se conocieron los intereses que ayudarían a entender qué talleres ofertar o de qué manera captar su atención.

“A partir del diagnóstico, realizamos unas recomendaciones para demostrar que no solamente era importante enfocarse en los niños como público objetivo, sino también incluir a los padres, de manera que sea un acompañamiento motivacional y además por seguridad”, añade Victoria.

Entre las estrategias, los estudiantes sugieren descartar las carteleras como medio de difusión de las actividades y reemplazarlas por videos en los que los niños se sientan reconocidos e incluidos.

En cuanto a los jóvenes, César Largo, estudiante de Gestión Cultural y Comunicativa, encontró que dentro de sus gustos resaltan la danza, el porrismo y el muralismo, actividades que queman energías y ocupan su mente en el arte.

(Por:Fin/MLIA/MLA/nh)