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La paz depende también de la resolución de conflictos minero-energéticos

247f62e130   Manizales, May. 04 de 2015 - Agencia de Noticias UN- Este importante sector de la economía del país sería el más afectado por el surgimiento de nuevos conflictos, en el caso de que se negocie el fin de la confrontación militar entre las FARC y el Gobierno.

El gran reto del Estado es saber gestionar el resurgimiento de un eventual conflicto, para que a través de la democracia este se pueda resolver de manera pacífica.

Así lo manifestó Germán Corredor Abella, director del Observatorio Colombiano de Energía de la Universidad Nacional, invitado a la undécima sesión de la Cátedra de la Paz realizada en la Sede Manizales, titulada “Terminación del conflicto armado y el problema minero-energético”

La relevancia de los sectores de minería y energía en la economía colombiana se refleja en que en 2014 el total de exportaciones sumó 54.794 millones de dólares (alrededor de 110 billones de pesos) y, de esa cifra, sólo el petróleo y el carbón constituyeron cerca del 65 %, según datos del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo.

Según el experto, es precisamente todo ese poder económico que concentra el sector lo que hace que sea tan atractivo, y que por ende surja una diversidad de conflictos a su alrededor, no solamente el armado.

“Esa tensión entre la economía, lo social, lo ambiental y lo cultural es lo que genera los conflictos y ese es nuestro problema. Entonces, cuando no esté la guerrilla, el gran reto será cómo arreglar estos procesos, qué se puede hacer o dónde podemos hacer minería, entre otros aspectos”, anotó el docente.

Tal vez la problemática más acentuada es la minería ilegal, que está causando enormes daños ambientales en el 44 % de los municipios del país (según Fedesarrollo en 2012), y en la que están involucrados por su rentabilidad las guerrillas, las bandas criminales, los grupos delincuenciales y las mafias, que se aprovechan de mano de obra local y barata.

“Me parece que el Estado se dejó coger ventaja en ese tema y no ha podido tener una política efectiva de erradicación del mismo. A lo mejor terminará negociándose de alguna manera, pero hay unos intereses económicos muy poderosos. En La Habana no se está dialogando nada al respecto y me parece que se debió haber hecho. Ojalá lo toquen con la guerrilla del ELN”, expresó este ingeniero electricista.

El investigador dijo que existen leyes para afrontar esta situación, pero lo más importante es fortalecer la institucionalidad en estas zonas y acabar con la polarización entre quienes dicen no a la minería y los que afirman que sin esta actividad el país no funciona.

“El peso que tiene la minería en la economía no puede llegar a que la acabemos. Lo que sí hay que hacer es minería responsable, tenemos que delimitar áreas donde no se pueda llevar a cabo, como en los páramos donde está el agua y la vida, tampoco en zonas de reserva forestal ni en los parques nacionales. Además, se debe exigir que los proyectos se ejecuten con responsabilidad y que se desarrolle un tratamiento de la zona cuando se termine la explotación”, indicó el conferencista.

En conclusión, Germán Corredor Abella dijo que en el posconflicto lo más importante para el sector es llegar a consensos y soluciones, porque desafortunadamente el país necesita los recursos que generan la minería y los proyectos energéticos.

De acuerdo con la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), la contribución de esta cadena al Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia pasó de 8.300 millones de dólares (cerca de 17 billones de pesos) en 2000 a más de 45.000 millones en 2011, es decir, alrededor de 90 billones de pesos.

(Por:Fin /MDG/dmh/SYC)

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