Manizales, jul. 13 de 2015 - Agencia de Noticias UN- Las actividades extractivas en la Amazonia, que comenzaron con el caucho y que ahora se enfocan en la minería, han causado cambios importantes en los conceptos de territorio y ambiente de las comunidades indígenas.
Esta fue una de las conclusiones de un trabajo de campo de dos años, realizado por la administradora de empresas de la U.N., Sandra Biviana Cardona Ospina, en cuatro resguardos que conforman la Asociación de Autoridades Indígenas de La Pedrera Amazonas (AIPEA), con jurisdicción en el bajo río Caquetá.
Su trabajo de grado de la Maestría en Medio Ambiente y Desarrollo pretendía encontrar las relaciones entre las cuatro dimensiones que conforman el hábitat indígena: territorio, ambiente, vivienda y espacio, y cómo han sido impactadas por el desarrollo occidental.
La región amazónica colombiana consta de 483.119 kilómetros cuadrados, lo que equivale al 42 % de todo el territorio. La expansión minero-energética hacia esta zona ha generado la aparición de la minería ilegal. En el caso del río Caquetá, se utiliza un sistema para dragar el cauce y obtener oro de sus sedimentos, utilizando mercurio.
“En estudios recientes, se ha evidenciado que el río tiene un alto contenido de mercurio. Allí se encuentran los peces, fuente principal de proteína para las comunidades indígenas, por lo cual su salud nutricional está siendo directamente afectada”, indica la investigadora.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el mercurio puede ser tóxico para el sistema nervioso, el inmune, el aparato digestivo, la piel, los pulmones, los riñones y los ojos. Su principal vía de exposición humana es el consumo de pescados y mariscos contaminados.
“En un tiempo estimado de cinco a diez años van a empezar a surgir alteraciones genéticas en la población, por lo cual hay una alerta nacional, se han adelantado acciones en la Fiscalía y Parques Nacionales está buscando alternativas para atacar este problema de la minería ilegal y trabajar de la mano con las comunidades indígenas que participan de las mismas”, menciona la profesional Cardona Ospina.
El territorio, lo más importante
La idea de realizar esta investigación surgió luego de que la investigadora residiera un tiempo en Leticia (Amazonas) en el 2011, donde tuvo la oportunidad de vivir con una familia de la comunidad Ticuna. Luego trabajó cuatro meses como voluntaria en una reserva forestal.
La metodología de estudio utilizada fue el caminar, que conoció por medio de la docente y directora de tesis Mariela del Pilar Giraldo. Esta técnica busca indagar el territorio a través de recorridos y navegaciones que lleven a hacer una lectura del paisaje desde la experiencia personal.
Otro de los resultados evidencia que el territorio es la dimensión más importante del hábitat para las comunidades de la zona, porque es el soporte de las demás. Allí se construyen las relaciones ambientales del hombre con la naturaleza y se edifican las viviendas.
“Frente a las teorías y el discurso del desarrollo, nos dimos cuenta de que las relaciones de explotación con la naturaleza son las más afectadas, porque pese a que hay un imaginario de que el indígena es un buen salvaje, por decirlo de alguna manera, vimos que eso no es tan cierto porque algunos de ellos, inmersos en la cultura occidental, también tienen que suplir necesidades básicas”, dice.
A través de sus recorridos, identificó que no solo hay impacto en el medioambiente sino también en la destrucción de sistemas culturales importantes, que deja a las comunidades indígenas en una encrucijada.
“Es el punto de intermedio de si somos indígenas y seguimos en un sistema milenario tradicional, o si por el contrario vamos a adoptar sin ningún cuestionamiento todos los sistemas de desarrollo que nos traen de occidente”, revela la investigadora.
Por último, la profesional destaca que a pesar de todas esas influencias externas, las comunidades indígenas de La Pedrera (Amazonas) poseen valiosas herramientas de planificación local, enfocadas en el medioambiente y el entorno.
“Tienen una relación un poco más equilibrada con la naturaleza, lo cual es muy interesante para las preguntas que se está haciendo el pensamiento latinoamericano ambiental de cuál es la relación que el hombre debe tener con la naturaleza o cómo es que el hombre habita la tierra”, concluye.
(Por:Fin/MDG/dmh/AC)