Manizales, 03 de septiembre de 2015 -Agencia de Noticias UN- Con procesos de agenciamiento cultural, estudiantes de la U.N. Sede Manizales desarrollan estrategias para ofrecer cambios a problemas de la realidad social.
Para ello, el profesor Javier Orlando Lozano Escobar del Departamento de Ciencias Humanas de la Sede Manizales, realiza diversos encuentros con líderes comunitarios y ciudadanía en general que comparten con los estudiantes sus experiencias de vida y las realidades que han podido cambiar.
“Los agentes culturales son personas que conscientes de sus ubicaciones, de su posición en la sociedad y del entorno de las relaciones sociales, se lanzan a realizar cambiar, a impulsarlos, a facilitarlos, a hacerlos más rápidos y entonces terminan liderando procesos organizativos y comunitarios, como por ejemplo movilización ciudadana, creación de grupos, entre otros”, explica Lozano Escobar.
Entre los casos que se han socializado en el espacio del semillero de investigación en Agentes y Agenciamiento Cultural de la sede se encuentran los presentados por la Asociación de Trabajadores Campesinos de Cararé-Santander (ATCC), organizaciones ciudadanas en el oriente antioqueño y las propuestas alternativas en Mistrató-Risaralda.
Sobre el primer caso, los jóvenes integrantes del semillero conocieron cómo una población campesina víctima de la violencia decidió, en el año 1987, crear la ATCC como una alternativa de diálogo con la guerrilla, paramilitarismo y ejército.
Para lograrlo, los líderes campesinos invierten en el desarrollo económico de la región a partir de nuevas dinámicas de cultivo como el cacao y el caucho, además de conservar recursos naturales.
Adicional, ellos fueron merecedores del Premio Nobel Alternativo de la Paz en 1990, gracias a la experiencia y trayectoria en el país por transformar conflictos.
“Otro de los procesos alternativos socializados es el realizado por Benjamín Cardona, un líder comunitario con mucha experiencia en procesos constituyentes de Antioquia, especialmente del oriente, ellos construyeron también en los años noventa una experiencia de organización ciudadana para determinar las decisiones fuertes de las alcaldías de sus municipios”, argumentó el profesor de la U.N.
Esta iniciativa busca que todas las decisiones que influyan en la comunidad sean consultadas previamente por las alcaldías ya sea a partir de plebiscito o consultas en las que participan cerca de 300 personas o más.
El activismo desde el arte
Existen casos que tienen que ver con producción y formación artística, ya sea a partir de artistas que hacen procesos creativos, talleristas que forman a niños y jóvenes, o líderes comunitarios con procesos organizativos, todos ellos pueden agenciar cambios en la cultura.
Sobre este aspecto, y como una experiencia de vida, uno de los invitados a los conversatorios de este grupo de trabajo fue el rapero Mario Moscoso, conocido como Encimario, quien trabaja en la comunidad de Mistrató-Risaralda para aliviar el daño causado por el conflicto armado.
“Además de ser rapero es un ecologista que trabaja en turismo ambiental que busca, a través de la cultura hip-hop transformar la percepción que hay en el municipio con respecto al conflicto que viven desde mediados de los 90 con la presencia de guerrilla y paramilitares”, dijo el coordinador del semillero en Agentes y Agenciamiento Cultual.
Según Mario Moscoso, su trabajo consiste en decir la verdad, en comunicarle a la gente que en su población pasan cosas malas y que deben luchar en contra de éstas, “y que no nos podemos quedar callados sabiendo que las cosas malas estaban alrededor nuestro”.
Para finalizar el investigador de la sede expresó que los agentes culturales son conscientes que la cultura como está requiere cambios y por ello diseñan estrategias para liderar esos cambios. Además agregó que son todas esas anécdotas las que sirven de insumo para que los estudiantes se motiven a ser líderes y a generar proyectos en pro de soluciones comunitarias.
(Fin/FLPV/ )