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Un modelo bioarquitectónico para mostrar

bioarqui   MANIZALES, 10 de noviembre de 2015 — Agencia de Noticias UN- Basados en las estaciones, dos estudiantes diseñaron un proyecto pensado para el pueblo suizo de Neuhausen, que tiene como epicentro las cataratas del Rhin.

Dadas las condiciones del lugar, los autores del modelo diseñaron una cava de vinos y un completo complejo hotelero y de restaurantes para el que seleccionaron desde los materiales, con el fin de que se acondicionaran al clima según la época del año, hasta sistemas de calefacción y enfriamiento.

Previamente, su investigación incluyó un análisis bioclimático que permitió conocer a través de la rosa de los vientos (modelo de medición), el trayecto de las corrientes de aire para ubicar en qué sentido llegaban hasta el predio escogido para construir las edificaciones.

“Todo proyecto debe estabilizarse en la temperatura, por eso necesitábamos saber, por ejemplo, que en enero esa zona registra un promedio de -2 oC (grados centígrados), mientras que en verano, entre julio y agosto, se llega a los 12 oC. Asimismo, conocimos que del Occidente llegan los mayores rayos solares”, indicó Johan Sebastián González, estudiante del programa de Arquitectura de la U.N. Sede Manizales.

El modelo de bioarquitectura sustentable, que se puede aplicar en cualquier lugar del mundo según variables climáticas, en este caso particular tuvo como mayor complejidad la captación de luz solar para dotar la infraestructura de iluminación natural.

Para ello fue necesario diseñar dos cámaras de climatización que ayudan a sostener el calor en medio de una estructura metálica construida con acero reciclado, madera, piedra y adobe, estos dos últimos brindan una alta inercia térmica que garantiza captación del Sol todo el día, para luego liberar el calor por la noche. “Caso parecido a lo que ocurre en tierra caliente, donde las paredes reciben toda la radiación solar y luego, en las horas nocturnas, se mantienen a alta temperatura”, precisó el investigador, quien junto a Nataly Otálvaro diseñaron el modelo bioarquitectónico.

Además, construir en condiciones climáticas similares a esta población suiza requiere de un sistema de renovación de aire que trabaja con una turbina pequeña por debajo de la tierra, y a través de un conducto (tubo) genera variación; por ejemplo, si la temperatura está a -6 oC, la sube a 6 oC, es decir, enfría en verano y calienta en invierno.

En este modelo también se implementó el sistema pasivo de calefacción que trabaja con cero energía eléctrica: “este sistema necesita de divisiones en vidrio, también se aprovecha que este material sirve como filtro y que al recibir radiación solar genera calor”, anotó González.

Efecto contrario arroja el sistema activo de calefacción, que también se aplica a este modelo bioarquitectónico, que opera con energía eléctrica y consiste en instalar un piso radiante por encima del concreto, que funciona como una especie de tubería que va liberando el calor terrestre.

Así mismo, la recolección de agua lluvia utilizable para lavamanos e inodoros es otro sistema natural que se suma a un modelo que pretende el ahorro de energía y la preservación del medioambiente.

Finalmente, el modelo incorpora un árbol artificial capaz de generar energía eólica que se adapta a los niveles de viento en una u otra región geográfica: “en el caso de nuestro modelo en el pueblo suizo, con un solo árbol se abastece todo el sistema”, sustentó el joven estudiante.

(Por: Fin/IJR/MLA/CA)

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