MANIZALES, 17 de noviembre de 2015 — Agencia de Noticias UN- El 50 % del acero que se utiliza en la industria colombiana procede de China, México y Alemania, entre otros países.
Mientras que la otra mitad se produce en suelo nacional y se utiliza en el sector de la construcción, pero deja desamparada, de alguna manera, la línea de fabricación de herramientas agrícolas.
Según datos del sector, la producción local pasó de 1’779.511 toneladas (t) en 2011, a 1’724.860 t en 2012 y 1’297.636 t en 2013; mientras el consumo aparente pasó de 3’217.888 t a 3’505.814 t, y finalmente a 2’183.383 t en los mismos años.
Esta problemática sirvió para desarrollar una investigación que busca implementar un modelo para la reducción de costos y aumentar la flexibilidad; ésta tuvo como base la empresa Herragro S.A. establecida en Manizales en 1960, para la fabricación de herramientas agrícolas que utiliza el proceso de forja en caliente de aceros.
Hoy en día, los productos fabricados por la compañía caldense se dirigen a los sectores de la agricultura, la construcción, la minería y la industria. Antes de decidir aplicar la estrategia de integración vertical, el 100 % del acero empleado como materia prima se adquiría a proveedores externos (70 % en el mercado nacional y el restante 30 % importado a través de intermediarios).
“El acero tiene un proceso complejo que comienza con el hierro encontrado en las minas; luego, ese material pasa por una etapa de refinación de donde se saca las palanquillas o lingotes que sirven, a la vez, para elaborar varillas, platinas y ángulos”, explicó Rafael Henao Arango, ingeniero mecánico que adelanta el doctorado en Ingeniería, Industria y Organizaciones en la U.N. Sede Manizales.
El profesional agregó que el estudio permitió redireccionar la compra de la materia prima de la empresa local, puso la mira en las palanquillas y no en el acero bruto, como lo hacía antes, con esto logró disminuir sus costos de inversión al comprar volúmenes más grandes de un material que es estándar, lo que les facilita comprarlo en el país que mejor oferta haga.
La estrategia también impulsó un nuevo montaje industrial con una inversión estimada en cuatro millones de dólares, que incluyó la adquisición de equipos de laminación (para elaborar las varillas, platinas), obra civil, mano de obra y otra maquinaria.
“La empresa está comprando alrededor de 1.500 t de palanquilla, de ese número 500 sirven para su propio consumo, mientras el resto se lo vende a un promedio de 20 empresas entre regionales y nacionales que al mismo tiempo lo comercializan con pequeñas industrias, lo que consolida una cadena de abastecimiento”, destacó el investigador.
La industria siderúrgica se basa en dos grandes procesos: la siderurgia primaria, en la que el acero se transforma por medio de procesos de fusión y afino a partir de mineral de hierro (siderúrgica integrada como la que hace Paz del Río, ubicada en Boyacá), o a partir de chatarra ferrosa (siderúrgica semintegrada, como lo hace Acería de Caldas).
Otros retos
No obstante, la aplicación de la estrategia desencadenó otros desafíos, como aprender a jugar en el mercado del acero teniendo en cuenta aspectos climáticos, bolsa de valores y sobreproducción, entre otros.
“Hay que desarrollar el mercado, estar atentos a los indicadores económicos para saber si la moneda en China se devalúo, o si el clima afectó la producción en las minas; asimismo, estar pendiente con dos o tres meses de anticipación sobre qué cantidad de acero se necesita, es decir, planear a través de métodos estratégicos y series de historias”, precisó el doctorando.
Esta nueva etapa hace parte de otro proyecto denominado “Metodología multicriterio para la colocación en el punto de desacoplamiento”, que adelanta Iván Darío Gómez Jiménez, estudiante de la Maestría en Ingeniería, Industria y Organizaciones.
(Por: Fin/IJR/dmh/CA)