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Este dispositivo inalámbrico, creado por estudiantes de Ingeniería Electrónica de la U.N. Sede Manizales, trabaja con baterías y le indica al usuario la temperatura de la olla en la que prepara sus alimentos.

La original propuesta, que inspiró a José Antonio Toro y Juan Camilo Rueda, dispone de un sensor, responsable de medir los grados cuando, por ejemplo, el agua para preparar un arroz alcanza los 100 grados.

El sistema electrónico trabaja con un interfaz gráfico compuesto por cuatro ledes, cada uno que mide los grados partiendo desde el 25/50/75 y 100, respectivamente. Asimismo, indica el momento exacto de la ebullición, según explican los jóvenes estudiantes. “Por ejemplo, cuando se hace café, el agua no necesariamente tiene que llegar a los 100 grados, entonces, el usuario verá cómo se van prendiendo los led a medida que la temperatura aumenta”, así, esto permitirá graduar la intensidad de la llama, indicó José Antonio Toro.

Para el otro creativo, Juan Camilo Rueda, la iniciativa fue pensada para adaptarse a las necesidades de las personas encargadas de la cocina, al igual que para aquellos amateurs que apenas inician sus labores en este sector y desconocen algunos conocimientos básicos de cocción de alimentos.

Asimismo, no descartaron que sea una herramienta tecnológica útil para los estudiantes de las escuelas de gastronomía, quienes deben, en ciertos casos, manipular manualmente un medidor de temperatura o recurrir al tradicional baño maría.

Para ahorrar energía

Los investigadores advierten que en el mercado existen medidores de temperatura, sobre todo de índole industrial, utilizados en la fundición de vidrios o calderas metalmecánicas, pero pocos para el uso doméstico.

“En estos tiempos de consumo sustentable, el dispositivo se presenta como una opción viable a la hora de reducir los consumos eléctricos o de gas, porque al informar al usuario sobre la cocción les permite reducir el tiempo de la misma”, precisaron los estudiantes.

Conjuntamente, el dispositivo está pensado para impactar directamente a las amas de casa, quienes utilizan ollas de cualquier material, excepto las de presión.

En cuanto al futuro, los autores no descartan modificaciones al prototipo, para obtener un sistema más útil acorde con la tecnología. Por ello, ven factible un diseño con notificaciones sonoras, no solo luminosas y visibles, sino de manera que le indique al usuario los grados de temperatura cuando no esté mirando la olla.

Igualmente, aspiran a programarlo a través de un celular, así el usuario podría saber las medidas, tiempo, cantidad y temperatura de ciertos alimentos, a través de una aplicación.

Para concluir, los jóvenes destacan que el precio del medidor es muy bajo. “A nosotros solo nos costó 20.000 pesos, pero al masificarlo el precio bajaría mucho más”, puntualizaron los autores de la propuesta.

En el mercado existen ollas programables, como las eléctricas para cocinar arroz; también otras exprés, más avanzadas, herméticamente cerradas, que trabajan con presión para cocinar de forma más rápida, programando la receta y el tiempo.

Por Irina Julia Rossi