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Más cuestionamientos a construcción en reserva van der Hammen

Van der Hammer  Agencia de Noticias UN- Edificar moles de más de 30 pisos de altura en Colombia incentiva la densificación de las ciudades hacia lo vertical, para aprovechar el poco espacio disponible.

Camilo Villate, arquitecto egresado de la Universidad Nacional y actual docente de la Universidad de los Andes, se refirió así al debate político y técnico dado en Bogotá, tras el Decreto 562 del 12 de diciembre de 2014, firmado con el entonces Alcalde Mayor, Gustavo Petro.

El conferencista, invitado a la charla de inauguración del programa de Arquitectura de la U.N. Sede Manizales, acotó que con la medida se buscaba densificar el centro para construir edificaciones de más de 30 pisos.

“Esa norma abrió el abanico del uso del suelo en un sector de Bogotá, donde hay menos población en comparación con otros. Con ello se incentivaba la construcción vertical, no obstante, el actual alcalde Enrique Peñalosa derogó ese decreto y puso su interés en la reserva ambiental Thomas van der Hammen”, expuso el experto.

Al respecto, Villate cuestionó el proyecto de urbanizar la reserva natural ubicada a las afueras de la ciudad, “porque con ello se daría pie a que en el futuro, se puedan utilizar los parques como el Chingaza con el mismo propósito”.

En el centro de Bogotá se culmina el edificio residencial Bacatá en la calle 19 con carrera 5, que constará de 240 metros de altura y 67 pisos; otro similar es el Museo Parque Central, edificio de apartamentos con 180 metros y 43 pisos.

“Construir esas grandes estructuras ameritan serias innovaciones tecnológicas que parten desde sistemas antisísmicos a otras que garanticen la seguridad de las personas y el respeto por el entorno”, indicó el profesional con magíster en Tecnologías de la Construcción y especialista en Construcción, Administración y Estructuras de la Universidad Politécnica de Valencia (España).

El docente repasó la historia de las grandes edificaciones construidas en Colombia y destacó el edificio Coltejer, en Medellín, el cual sigue reinando en materia de altura, toda vez que el Plan de Ordenamiento Territorial de esta ciudad prohíbe construir edificaciones de más de 20 pisos.

Igualmente, recordó que en las décadas de los 60 y 70, en el país estaban en auge los prefabricados, y puso como ejemplo el edificio Avianca, representativo de la que fuera en ese entonces la primera aerolínea de Latinoamérica.

“Ese edificio fue el primer rascacielos en Colombia, construido en Bogotá bajo un sistema estructural de alta complejidad que requirió de innovaciones tecnológicas para lograrlo, adaptado para un edificio de 130 metros de altura y 37 pisos”, anotó el experto.

Su caso de estudio, centrado en el emblemático edificio ubicado en el centro de la capital colombiana, que dio origen a uno de sus tantos libros (Avianca, Innovación en los años 60), le permitió volcar toda su admiración por las técnicas utilizadas para edificar una estructura alta y esbelta, con un chasis de cinco placas o losas fundidas. Esto exigió para la época, la excavación de pozos de cimentación perimetrales con el fin de armar anillos en concreto.

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