Agencia de Noticias UN- Observar y vivir el entorno, así como asumir la responsabilidad de cuidarlo, mucho más allá del uso de canecas para reciclar o avisos institucionales que denotan el mismo discurso frío sobre el medio ambiente, forma parte de la propuesta pedagógica.

En tal sentido, la profesora mexicana Ana Rosa Castellanos, integrante del Cuerpo Académico de Gestión Cultural de la Universidad de Guadalajara, se refirió al programa de Red de Maestría y Doctorado que gestiona junto con el profesor Carlos Yañez, de la Universidad Nacional Sede Manizales.

El propósito de esta línea de estudio es generar contenidos para formar profesionales de cualquier programa con la misma visión de cuidado y preservación del entorno.

A través de este programa se busca también gestionar, a futuro, el intercambio académico entre docentes y estudiantes de ambas instituciones.

La profesora Castellanos, quien se encuentra en la U.N. Sede Manizales, trabaja en investigación ambiental en el país azteca, a través de cursos y seminarios virtuales con los que pretende crear pensamientos responsables sobre el medio ambiente, más allá de la naturaleza. El programa encierra otros espacios exclusivos del entorno, la forma cómo se transporta la gente, el uso de los recursos ambientales, etc.

La experta en gestión ambiental trajo a colación los movimientos emergentes creados por jóvenes que fomentan experiencias transformadoras con el diseño y construcción de espacios, en los que se impulsa el trueque de objetos sin incluir dinero, restaurantes donde el cliente fija el precio y ecotiendas de comercio justo.

“Hay que fomentarle a los estudiantes, y futuros profesionales, la responsabilidad de involucrarse con ese entorno más allá de los discursos institucionales que manejan el tema, dependiendo de lo qué dice la visión y misión. Es decir, ponerlos a pensar en cómo se forman o deforman cuando se enfrentan a las dinámicas de consumo de las grandes multinacionales en el mundo, y hacerlos parte de una formación más crítica”, indicó la profesora.

Según la académica, esos núcleos, que se divisan en ciertas ciudades como Guadalajara y Manizales, son el resultado de una búsqueda alternativa de observar y vivir el entorno. “Esos grupos emergen debido a que desde los organismos públicos no se generan cambios con ese tipo de visión o pensamiento, agregó.

Al respecto, mencionó que en Guadalajara, como en otras ciudades, se han creado ciclovías para fomentar el uso de la bicicleta porque las vías se quedaron cortas y la contaminación por polución es exagerada. Son temas que se replican en América Latina, porque estamos viviendo las mismas necesidades”, precisó la gestora ambiental.

Reconoció, además, que la U.N. ha generado una línea de pensamiento alternativo con la profesora Patricia Noguera; esto causa un gran interés en aras de promover propuestas de diseño o proyectos desde posgrados que involucren esta temática.

“Todo eso lo queremos visualizar con intercambios entre ambas universidades, para reforzar ese vínculo con el medio ambiente y la relación sujeto-naturaleza”, finalizó la docente mexicana, quien estará hasta finales de esta semana en la capital de Caldas.