Agencia de Noticias UN-A través de un prototipo construido con materiales de la región pacífica, se pretende solucionar la tenencia de cultivos, en una zona húmeda en medio del cauce del río San Juan, en el Chocó.
El modelo, que surgió dentro del proyecto Wounaán Verde, está compuesto por una estructura de cuatro árboles de guayacán, ubicados entre dos viviendas que se unen por medio de listones y forman una retícula donde se ubican los semilleros.
En ese entablado, con una altura de 1.70 metros, se disponen las macetas de siembras dentro de canastas (similares a las de gaseosas), cubiertas por tablones móviles que los cubren de las lluvias o la luz.
De esta manera lo explica Jeinstom Jensen Gómez, arquitecto con maestría en Hábitat de la U.N. Sede Manizales, docente que dirigió al grupo conformado por los estudiantes Jair Casilimas, Juan David Muñoz y William Taimal. Esta propuesta pasó hasta la fase semifinal del Premio Odebrecht.
“Este trabajo asume el problema de la agricultura ocasionado por comportamientos del clima tan variable por fenómenos naturales. No cambiamos la implantación de las viviendas, por el contrario, a partir de su disposición en cuanto a la separación entre cada una, se propone unir ese espacio de transición por medio de una plataforma donde se desarrollaría una actividad agrícola como solución por medio de huertas”, describe el docente.
Según el especialista, el prototipo en forma de palafito cumple con obtener esa unificación de dos viviendas y obtener el control de los cultivos para efectos de sequias y muchas lluvias, “por tal motivo el control se define en tener la posibilidad de adaptar estos cultivos de cebolla, tomate, lechuga, perejil y otros, a los cambios de clima que finalmente ocasionan sus pérdidas”.
La propuesta describe que la comunidad del Papayo, donde existe en promedio 60 viviendas y 300 personas, está ubicada sobre el margen del río San Juan. Por ello, en ciertos períodos del año sufren inundaciones por encima de un metro de altura, como por ejemplo, en el fenómeno de La Niña.
“Por ello, muchos cultivos tienden a dañarse y recae en un déficit de producción de cultivos para el sustento diario de la comunidad, siendo este un problema grave”, agrega el arquitecto.
En las macetas para siembras se traslada la semilla ya germinada, así se desarrolla con un hábitat establecido. Para cubrir esta huerta, se instala una cubierta tipo membrana plegable a una altura de 2.60 metros. Esto brindaría la facilidad de movimiento con una adaptabilidad a la circunstancias del cambio meteorológico que se presente en el momento.
“A la vez, el módulo incluye la adaptación de un tanque rotoplast a las viviendas para la recolección de aguas lluvias, el cual puede instalarse en la parte superior y podría servir, incluso, como regadera, lo que permitiría dispersar agua sobre los cultivos cuando sea necesario”, anota el director del proyecto. Asimismo, el modelo podría utilizarse en otras zonas del país.