Agencia de Noticias UN- El insecto pertenece a una de las 50 especies que el Sabio Caldas tenía guardadas para preservarlas y que se encontraba estudiando en 1.803, con el fin de establecer su toxicidad.

Así lo informó el profesor del Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la Universidad Nacional de Colombia Sede Bogotá, Gonzalo Andrade, quien participó en la conmemoración de los 200 años del fallecimiento del Sabio Caldas, realizada en Manizales.

“El proceso que sigue es confirmar si es una nueva especie para la ciencia y la misma sociedad. Es muy parecida a la mariposa morphos Uls Colqui que habita en el Páramo de Letras. Es color cremoso con tonalidades cafés que están por debajo de su cuerpo”, explicó el docente, quien lleva cerca de 24 años estudiando a las mariposas.

Al observarla por la parte de encima, se ve de color crema, pero dependiendo del ángulo de vista, la mariposa tiene un color azul metálico.

Dentro los estudios de morfometría o medición que se le han realizado, no se dice mucho a la hora de definir el nombre de la especie. Sin embargo, se determinó que el ancho del ala puede llegar a tener cerca de 60 centímetros.

Los estudios sobre este único ejemplar son sobre el órgano genital del macho (que pueden ser similares a este insecto) y los patrones de coloración que se analizan a través de un microscopio y estereoscopio.

“Ya sabemos cómo se llaman exactamente el resto de los insectos que tenemos, entre estos figuran las especies de morpho (amathonte y ciprix), polilla, libélula, moscas y avispas, entre otros.

El docente de la U.N. recordó que, en la casa de Jorge Reynolds Pombo, familiar del Sabio Caldas en octava generación, destaparon por primera vez las cajas que contenían mariposas, libélulas, cucarrones y moscas. El trabajo de mantenimiento (quitarles el polvo y restablecer sus colores originales) y clasificación a estos ejemplares duró cerca de cuatro meses.

Las cajas tienen toda la evidencia de ser antiguas, los vidrios están hechos a mano y con irregularidades. Su fondo está hecho en papel de estaño, que era lo que se tenía para la época. Además, durante su análisis, notaron que los insectos jamás habían sido movidos del lugar donde estaban ubicados.

“Hoy en día ya los tenemos identificados, pero estamos buscando su antigüedad, porque solo se cuenta con la evidencia histórica contada por la familia Reynolds. Estamos tratando de datar por carbono 14, para ver si nos puede mostrar datos más exactos de donde fueron colectados estos insectos, es decir, si son de Colombia o del Ecuador”, aseveró.

Este trabajo lo ha titulado Una historia por contar y espera que se den los resultados en los próximos meses.

Por otro lado, el presidente de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Enrique Forero, quien también participó de esta jornada académica, aseguró que este análisis es de suma importancia para el país porque revive la labor del Sabio Caldas como primer científico que trabajó con grandes limitaciones.

“Francisco José de Caldas es un ejemplo para la juventud. Si estamos en un proceso de paz, a las nuevas generaciones hay que mostrarles nuevos caminos como el de la ciencia y la investigación, que da la posibilidad de entender la naturaleza que nos rodea”, finalizó el ex profesor de la Universidad Nacional de Colombia.

Crédito foto: Hernando Dueñas Accefyn. Escamas y patas de las mariposas de Caldas.