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El ocio contribuye al bienestar estudiantil

Ocio  El descanso no debe ser visto como sinónimo de pereza o pérdida de tiempo, sino como la acción libre y espontánea que una persona realiza en su diario vivir, que le proporciona calidad de vida.

 

 

Esta mirada es el resultado de un trabajo investigativo para evidenciar la incidencia que puede tener el ocio en la gestión de conocimiento a través de la construcción colaborativa de procesos escriturales en un ambiente universitario híbrido. El estudio fue realizado por las estudiantes de Administración de Empresas de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Manizales, María Alejandra Tovar y Tania Lucía Mariño, con el acompañamiento del profesor Hélmer Quintero Vergara.

“El proceso de enseñanza-aprendizaje o formación académica se debe ver en los estudiantes y en los profesores como una actividad que tenga características similares al ocio, es decir, como un proceso libre y espontáneo que busca el bienestar de las personas. Esto permitirá que ellos estén mucho más interesados por lo que hacen en sus clases normales y no en una simple educación para el trabajo”, manifestó el docente de la U.N.

Dentro del análisis realizado con ocho grupos de estudiantes del curso de Teoría Administrativa del pregrado de Administración de Empresas de la U.N., se pudo determinar que el ocio es considerado como un momento de interacción entre los estudiantes y el docente sobre otros asuntos distintos a la clase, sin perder el hilo conductor de la actividad que estaban haciendo.

Las estudiantes también determinaron que la escritura no se debe seguir enseñando desde el vacío, sino que debe instruirse desde las disciplinas o ramas del saber específico. En el caso puntual de la Administración, a través de esos procesos escriturales fue posible observar cómo los alumnos trabajaban y aprendían mucho más fácil sobre esta disciplina.

“Muchas veces ponemos a los estudiantes a hacer textos de unas disciplinas distintas, que no los motivan ni le ven sentido a lo que realizan, pero cuando escriben en las materias que ellos están estudiando sí se interesan, aprenden y generan conocimiento”, manifestó María Alejandra Tovar, una de las investigadoras.

Otro de los hechos para destacar de esta investigación es el aprovechamiento en el aula de clase de las Tecnologías de Información y Comunicación, TIC, para el beneficio de los estudiantes.

“Podemos observar una brecha enorme entre lo que piensa el profesor y el alumno, que generalmente lleva consigo un celular, tableta o dispositivo electrónico, que en ocasiones no es permitido por el docente. Por eso, hay que buscar estrategias que permitan que estos equipos sean utilizados dentro del aula y fuera de ella para asuntos académicos”, resaltó la estudiante de la U.N., Tania Lucia Mariño.

Los estudiantes consideran que la educación también incluye un proceso de ocio en el que se deben propiciar espacios de construcción de conocimiento en forma colaborativa, para beneficio de la comunidad académica.

“El ocio se toma como pérdida de tiempo cuando el estudiante no entiende la actividad que debe realizar; por eso queremos que estos momentos también sean percibidos como un complemento para el descanso y una forma de oxigenarse antes de seguir con el ejercicio que se estaba haciendo”, enfatizó la estudiante.

Para sustentar estas afirmaciones, las investigadoras realizaron un trabajo de observación, análisis e interpretación, de acuerdo con un trabajo específico relacionado con la materia y acordado entre los estudiantes y el docente.

Para ello, realizaron grabaciones, filmaciones y recolección de autoinformes en cada sesión, además de entrevistas semiestructuradas a docentes y una encuesta a estudiantes, y, así, conocer el cumplimiento de objetivos y expectativas del estudio de caso.

La evaluación de la información se llevó a cabo con la técnica del análisis del discurso en el aula para identificar los procesos escriturales de producción de conocimiento por parte de los alumnos.

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