Si bien es cierto que existe un Plan de Manejo del Paisaje Cultural Cafetero (PCC) para salvaguardarlo, en el país también hay otras figuras jurídicas y territoriales que pueden apoyar la labor.
A partir de la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial (LOOT) establecida por la Constitución Política de Colombia de 1991, se encuentra una figura conocida como Región Administrativa y de Planificación Especial (RAP) que puede ser creada por los alcaldes, en este caso, aquellos que están al frente de los 47 municipios del PCC.
La figura, que obedece a un esquema asociativo para la gestión del desarrollo económico y social de la región, contaría con personería jurídica, además de autonomía y patrimonio propio, tal como funciona actualmente entre Bogotá, Meta, Boyacá, Tolima y Cundinamarca.
De esa forma lo planteó el profesor Gonzalo Duque Escobar, de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Manizales, que alude a la propuesta socializada desde hace algún tiempo por intermedio de Óscar Arango Gaviria, coordinador de la Red Alma Mater.
“Con esta figura, los mandatarios pueden gestionar recursos económicos y, a la vez, reciben funciones en aras de proteger lo que la Unesco declaró como Patrimonio Mundial en 2011”, anotó Duque Escobar.
Asimismo, es obligatorio que los municipios incluyan el PCC en sus planes de desarrollo “porque de esa forma el Estado puede darles dinero para desarrollar propuestas, con el fin de mantener los elementos inventariados que ayudaron a que la Unesco otorgara la declaración”, anotó el profesor.
Esos elementos integran en un solo ecosistema el cultivo del café, la riqueza ambiental de ríos, quebradas y bosques, el modelo de transporte a partir del legendario willy o yipao, pasando por la chiva o bus escalera que desafían los caminos agrestes y las laderas.
En esa lista patrimonial también incluye la arquitectura vernácula como se le conoce al bahareque que, para muchos conocedores del tema, entre ellos Duque Escobar y otros docentes como Juan Manuel Sarmiento y Fabio Rincón, urge mantenerla en pie.
“Esa declaratoria de la Unesco es patrimonio de la humanidad. Pero no es lo mismo hablar de las pirámides de Egipto que hablar de un paisaje que es vivo, económicamente y socialmente atractivo, alimentado de una arquitectura donde participa el bambú y láminas de guadua, con pañetes hechos con estiércol de mulas o caballos que con el tiempo evolucionó con esterillas encementadas”, precisó el ingeniero civil Gonzalo Duque Escobar.
Esa riqueza de edificaciones, en lo que concierne al departamento de Caldas es representativa de municipios como Aguadas y Salamina.
“La reconstrucción de Popayán ocurrió a partir de la tapia pisada que antecedió al bahareque. Pero aquí en el PCC faltan políticas públicas e instrumentos para preservar ese patrimonio. Por ejemplo, cuando se hace la declaratoria del centro histórico de una ciudad, se publica una legislación que prohíbe tumbar las casas, pero también el Estado tiene que otorgar incentivos para que el propietario no las tumbe”.
Verificación
Se espera que en los próximos meses la Unesco visite la región cafetera y parte del Norte del Valle para inspeccionar qué tanto debe preservase de lo declarado.
En ese sentido, el profesor recordó que la U.N. tiene un rol fundamental por los profesores vinculados a ese proceso, entre ellos Sarmiento, quien lideró la confección de los elementos que sirvieron de soporte para hacer formalmente la solicitud, además del profesor Rincón, encargado de realizar el inventario del patrimonio.