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Los embera chamí luchan por preservar su cultura

 embera1 La amenaza latente de perder su lengua, como ocurrió con la de los Umbra, hablada solo por siete familias, es uno de los tantos temas culturales y tradicionales que preocupan a los miembros de esta comunidad.

 

 

Así lo expresó Marco Fidel Guasarabe del Resguardo Unificado, de Pueblo Rico (Risaralda), en el conversatorio de la Cátedra Indígena Intercultural, a cargo del profesor Javier Lozano, de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Manizales, donde se visibilizaron las problemáticas que se ciñen a su autonomía alimenticia, enriquecida con productos agrícolas como el maíz pira.

No obstante, como lo dio a conocer Jorge Ulises Vélez, del resguardo Suratena, ubicado en Marsella (Risaralda), se ven obligados por el mismo Estado a sembrar semillas transgénicas modificadas a través de la ingeniería genética.

“Ese alimento no lo queremos, como tampoco la leche ni las galletas que nos da el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). Esos proyectos del Gobierno nacional deben tener un enfoque diferencial, sujetos a los usos y costumbres de cada pueblo; por muy fina que sea la carne, no nos la comemos porque estamos acostumbrados a cazar”, detalló Vélez.

No obstante, el indígena Guasarabe recordó la muerte de 23 niños en 2015 por desnutrición. “Esa situación no se da a conocer públicamente por nuestras costumbres de sepultarlos en el propio territorio, por eso no los sacamos a la cabecera municipal, además, nos obligaría emprender un largo viaje de 10 a 12 horas por la lejanía”, anotó.

Amenaza minera

Los resguardos de esta etnia, asentados sobre la geografía de ambos departamentos circunvecinos, justamente en Marsella, Riosucio y Pueblo Rico, sienten que sus tierras todavía están amenazadas por las multinacionales que explotan con maquinaria los fondos de sus ríos en búsqueda de oro, metal que sus ancestros consideraban la sangre del sol.

“No solo es el oro, personas fuera de nuestra etnia se disputan el agua, la madera y el petróleo, recursos que están en territorio indígena que al explotarlos sin control afectan la naturaleza”, indicó Vélez.

La lucha contra lo que denominan “malas propuestas políticas gubernamentales”, es manifestada a través de marchas en vías públicas para rechazar, además, la educación occidental que no incluye sus costumbres, por ejemplo, la lengua nativa.

“Otro ejemplo de no inclusión son las pruebas Icfes, diseñadas con preguntas occidentales, pero no hay una en embera, lo cual afecta la identidad indígena, y para cualquier persona que quiera ser autónoma, le urge saber quién es”, manifestó Chindoy.

La pérdida de su territorio, en el caso concreto del Resguardo de San Lorenzo, está representada en el proceso de devolución de seis mil hectáreas que adelanta la Unidad de Restitución de Tierras, perteneciente a 11.000 indígenas, afectados por el desplazamiento que desencadenó la violencia de grupos al margen de la ley.

Los embera chamí también habitan en departamentos de Antioquia, Valle del Cauca, Putumayo y Caquetá.

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