Tanto en entornos presenciales como virtuales, las emociones les dan sentido a los procesos de enseñanza y aprendizaje; sin ellas la actividad conjunta carecería de sabor, color y de sentido.

Así lo destacó Victoria Eugenia Valencia Maya, directora del pregrado de Gestión Cultural y Comunicativa de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Manizales, quien realizó su tesis doctoral en Ciencias de la Educación con énfasis en Comunicación con la Red de Universidades Públicas de Colombia (Rudecolombia). 

La docente de la U.N., cuya tesis fue laureada, determinó que la dimensión emocional puede ser interpretada como el punto de cohesión entre los participantes de la enseñanza y el aprendizaje. Tal encuentro, unido a los componentes motivacionales y relacionales, permite atribuirle sentido a los procesos pedagógicos, ya sean presenciales o virtuales. 

Para esto, la investigadora llevó a cabo un trabajo hermenéutico (análisis e interpretación de textos), apoyado en un estudio de caso a profundidad, con el fin de establecer que las emociones se leen en contextos específicos, en los que el lenguaje es el elemento mediador. 

“El estudio de caso en profundidad se adelantó con 44 estudiantes de un curso de psicología, en una institución de educación superior. Concretamente, se trató de una secuencia didáctica en la que se grabó tanto en video como en audio a los participantes durante 30 horas, para leer los estados emocionales que emergieron durante el proceso de enseñanza y aprendizaje”, explicó la profesora y psicóloga de la U.N. 

La rigurosidad del trabajo hermenéutico permitió identificar unas categorías emocionales para el entorno presencial y otras para el virtual. 

En el presencial se identificaron estados emocionales en los estudiantes tales como aceptación, alegría, desánimo, enojo, ansiedad, miedo, tristeza y vergüenza. 

“Para el caso de los estudiantes, los estados emocionales de mayor prevalencia en el entorno presencial durante la secuencia didáctica fueron la alegría, el enojo, la ansiedad, el desánimo y la aceptación”, dijo la investigadora. 

Por otro lado, los estados emocionales predominantes en la profesora del curso presencial estudiado fueron el enojo, la alegría y la ansiedad. 

En el entorno virtual las emociones detectadas en los estudiantes fueron alegría y enojo, y en la profesora la emoción predominante fue la alegría. 

La docente también destacó que existen diferencias muy marcadas en la manera como se expresan las emociones en el entorno presencial de enseñanza y aprendizaje, en comparación con lo virtual, que para el estudio estuvo representado en un blog que sirvió de apoyo a las actividades del curso. 

En el ambiente presencial se observaron expresiones emocionales que se leen en lo que dicen y en lo que hacen los participantes, es decir en el lenguaje verbal y el paralenguaje (gestos, tono de voz, llanto, silencios, risas, entre otros). 

En el espacio virtual la expresión emocional se evidenció a partir de lo consignado por los estudiantes en el blog http://piaget2012.blogspot.com.co/, en el que el lenguaje escrito apareció acompañado de lo que se ha denominado lenguaje complementado, que es propio de los entornos virtuales y permite enfatizar estados emocionales a partir del uso de emoticones, onomatopeyas, exageraciones, uso de mayúsculas y repeticiones. 

El lenguaje complementado estaría reemplazando la expresión emocional que se observa en las relaciones cara a cara o presenciales. 

La académica invitó a repensar las prácticas docentes e integrar de manera decidida el componente emocional en los procesos educativos, independientemente de que la interacción sea presencial, virtual o ambas.