El depósito de rocas y capas del suelo en los cauces de las quebradas que bañan el municipio de Marmato (Caldas) representa una amenaza ambiental y humana. Un análisis mostró que los residuos de la actividad minera se podrían utilizar en carreteras, patios industriales o rellenos de taludes.
Según la Agencia Nacional Minera (ANM), en cerros como El Burro –colindante con el municipio– se explotan 560 socavones desde los que escurren tres quebradas que transportan a su paso toda suerte de residuos sólidos (rocas y capas del suelo, entre otros) y líquidos (sustancias químicas utilizadas para el filtrado o la molienda del oro) arrastrándolos hasta la quebrada Marmato que desemboca en el río Cauca.
Tanto los mineros pequeños como las empresas dedicadas a esta actividad depositan los desechos –conocidos como estériles– en “diques transversales” en los cauces de las quebradas, lo cual representa una seria amenaza ambiental y humana.
Si bien la zona no es de alta pluviosidad, los eventuales aguaceros producen movimientos en masa de esos depósitos, que han llegado a afectar, por ejemplo, la vía principal que comunica a Medellín con el Eje Cafetero y el suroccidente del país.
“A pesar de los esfuerzos por promover su manejo óptimo, los estériles se siguen depositando en las cuencas y sacándolos de las bocaminas sin medir su impacto ambiental; en otras palabras, no se está haciendo una minería sostenible”, afirma Wilson Castro Ortiz, personero de Marmato, considerado unos de los municipios más antiguos de Colombia.
Ante la urgencia de saber qué hacer con los materiales sobrantes de la actividad minera, el Instituto de Estudios Ambientales (IDEA) y los grupos académicos de Ingeniería Hidráulica y Ambiental; y Vías, Transporte y Geotecnia, de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Manizales, encontraron otros usos posibles para ellos, como por ejemplo en la construcción de carreteras, patios industriales y rellenos de taludes o pendientes.
Reutilización restringida
La búsqueda de un uso para los estériles se da por la necesidad de recuperar las quebradas, pero manteniendo en perspectiva que como fuente de materiales deberán ser adecuados técnica y económicamente. Además es importante tener en cuenta que por la presencia de altos contenidos de metales pesados –como azufre, plomo o hierro– y su alta acidez, su reutilización es muy restringida.
Por ello se estudiaron la composición química, la resistencia física, e incluso la capacidad agrológica, porque –según un análisis bibliográfico inicial– se vislumbró una posible aplicación en la construcción de vías, estructuras, o como sustrato de cultivos.
A las muestras de campo obtenidas de Mina Cien Pesos, Santa Inés, Canalón de la Iglesia, Quebrada Cascabel y Explotación del Grupo Minero de Colombia, se les hicieron pruebas granulométricas, equivalentes de arena, solidez, contenidos de materia orgánica, límites de Atterberg o consistencia y pruebas de desgaste, entre otras.
También, mediante ensayos SEM (Escaneo con Microscopio Electrónico de Barrido)/EDAX (Micro-analizador por Dispersión de Energía) se determinó la composición mineralógica de las muestras en busca de compuestos que pudieran generar reacciones químicas en procesos constructivos (concretos o asfaltos) o que tuvieran un alto valor.
“Una de las conclusiones es que el tipo de roca desechada es volcánica con contenido ácido (pórfido dacítico), de la que se podría esperar una condición favorable para utilizarla como agregado para construcción”, sostiene el geólogo Eugenio Duque Escobar, profesor de Ingeniería Civil de la U.N. Sede Manizales. Además, contiene pirita, marcasita y calcopirita, minerales que se oxidan fácilmente con las aguas de infiltración, generando –por efectos de la intemperie– formación de óxidos de hierro, además de aguas aciduladas con azufre.
De igual manera, los resultados constataron gran presencia de sílice en los materiales provenientes de la roca (pétreos), que al contacto con pasta de cemento podrían generar reacciones álcali-agregado, lo cual podría provocar agrietamientos del concreto. El hallazgo la descarta como candidata para procesos de mezclado.
“Los álcali son hidróxidos (compuestos que resultan de la reacción entre un óxido básico y el agua) del cemento. Al contacto con el silicio estos forman un gel o crema que aumenta el volumen de los agregados como arena o grava, desbaratándolo”, explica Luis Ricardo Vásquez, experto en ingeniería de pavimentos.
Otra conclusión del trabajo es que los materiales analizados tienen tamaños gruesos y discontinuos que, como relleno de estructuras, son opuestos a los requeridos por el Instituto Nacional de Vías (Invías) para la construcción de carreteras, que deben ser de gradación fina y continua.
Con estos resultados, señala el ingeniero Vásquez, “se considera viable proponer, con las debidas reservas, el uso de los estériles analizados para capas de afirmado o recebo, utilizadas en el diseño de caminos de bajo volumen de tránsito, principalmente vías rurales. Sin embargo, para evaluar su eficiencia harían falta pruebas para valorar umbrales de durabilidad frente al tránsito pesado como el que circula en la zona”, y agrega que la investigación es el resultado de un convenio realizado entre la U.N. Sede Manizales y la Corporación Autónoma Regional de Caldas (Corporcaldas).
Como relleno
Según los expertos, bajo ciertas circunstancias, los materiales analizados también se podrían emplear como relleno de muros o estructuras y, en el caso de gaviones, sus enmallados deberán protegerse de la corrosión de las aguas aciduladas.
De igual manera, el estudio determinó que los suelos cercanos a las zonas de extracción del oro no son aptos para la actividad agrícola, puesto que en ellos se observaron elevados contenidos de aluminio, hierro, manganeso, zinc, cobre y azufre.
Sin embargo la presencia de sulfuros –y de otros minerales en general– que los hace inviables como agregados, podría convertirse en su fortaleza. “Si el azufre genera dificultades, se recomendaría recuperarlo como elemento, y como tal se podría comercializar”, manifiesta el profesor Fredy Leonardo Franco Idárraga, director del IDEA, quien añade que para determinar este aspecto haría falta más investigación.
La explotación aurífera en Marmato ha dejado muertos y heridos, y ha desencadenado enfrentamientos violentos por la disputa del territorio y afectaciones de sus fuentes hídricas y paisaje natural, lo cual evidencia que la región necesita de una gran apuesta por la conservación de este municipio, declarado Monumento Histórico Nacional en 1982.