Diseñadas para que estudiantes de la comunidad Embera Chamí de un colegio de Riosucio (Caldas) se apropiaran de la versión japonesa del ábaco y aprendieran matemáticas, estas herramientas se encuentran ahora a disposición del público.
MANIZALES, 22 de febrero de 2017 — Agencia de Noticias UN–
Las guías y la página web (http://americalcb.wixsite.com/web-de-soroban) forman parte del trabajo de investigación realizado por América Leticia Castillo Bolívar, magíster en Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Manizales, después de trabajar durante dos años y medio con la enseñanza de este instrumento en la Institución Educativa La Iberia, en la zona rural del municipio de Riosucio.
“Con este proyecto, diferente a la calculadora, logramos darles a los chicos otras herramientas en el área de matemáticas, toda vez que para muchos de ellos resulta difícil realizar operaciones numéricas”, aseguró la egresada de la U.N. y actual secretaria de Educación de este municipio caldense.
La magíster aseveró que no se trata de reemplazar las nuevas tecnologías, sino de entregar herramientas manuales y digitales que les permitan a los estudiantes resolver problemas, a diferencia de la calculadora, que da resultados sin ningún esfuerzo mental.
La investigadora trabajó durante dos años y medio con 40 estudiantes de noveno grado. El primer año se dedicó a la enseñanza del sistema, cuáles son su partes y los movimientos que se deben hacer (habilidad en sus manos).
América Leticia, como docente de matemáticas, lo aprendió a manejar por medio de videos japoneses en YouTube, ya que en Colombia no es muy común su práctica, y con el dominio de esta herramienta decidió enfocar su trabajo de grado a la enseñanza del sorobán.
Al igual que nuestro sistema decimal, en el ábaco sorobán los números se guardan en el lugar del valor que ocupan, es decir desde la derecha ocupan el lugar de las unidades, decenas, centenas y así sucesivamente.
Durante el segundo año, cuando los estudiantes ya tenían habilidad para manejarlo, empezaron a trabajar con las operaciones matemáticas. Primero con sumas, después con restas, multiplicaciones y divisiones.
“Esto les permitió adquirir otras habilidades, como por ejemplo el hecho de pensar más rápido a la hora de hacer cualquier tipo de operación o ejercicio de lógica matemática de forma asertiva, sin tener el sorobán a mano”, agregó la magíster.
Durante los meses siguientes se perfeccionó su manejo y se buscó que los estudiantes tuvieran las bases necesarias para que replicaran su manejo.
El uso del sorobán en las clases se presenta como una experiencia exitosa en la cual los jóvenes mostraron alta aceptación por los nuevos aprendizajes y el método de trabajo.
“Al realizar operaciones con el ábaco se observa como en un principio se muestran temerosos del proceso, pero después afianzan más el conocimiento y se apropian de este de una forma práctica”, enfatizó.
Se realizan competencias de agilidad mental y se deduce que a pesar de que les gusta ganar, se interesan más por hacer bien las operaciones, a pesar del corto tiempo, pues aprendieron que es mejor un buen resultado que la rapidez con errores.
Se recomienda fomentar la instrucción y uso del sorobán desde edades tempranas, lo que posibilita estructurar mejor el cerebro y perfeccionar las habilidades que se pueden adquirir, señaló la investigadora.