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Casas modernas de montaña se conservan en Manizales

Casasmodernasm  Vestíbulo, patio-pabellón y chimenea, conectados entre sí por el plano quebrado o medio piso, son los tres elementos determinantes de este tipo de viviendas de la arquitectura residencial de los años cincuenta y sesenta.

MANIZALES, 12 de mayo de 2017 — Agencia de Noticias UN-

Estas son características especiales que no se describieron antes en las denominadas casas modernas de montaña, es decir las que se adaptan a una topografía y unos terrenos empinados (abruptos), y cuya construcción significó progreso para la capital de Caldas.

Durante su investigación para describir los principales rasgos comunes en este tipo de viviendas, Sebastián Bayona Jaramillo, arquitecto de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Manizales, estudio las casas que en su época se consideraron como verdaderas mansiones.

Una de estas viviendas es la de Gerardo Echeverry, construida en 1963 en el barrio Guayacanes de Manizales. Es medianera y posee dos fachadas; además se desarrolla en medios pisos que conectan tres niveles: el inferior es el parqueadero; el intermedio es utilizado para zonas de servicios, reunión y biblioteca, y el superior incluye cinco alcobas y dos baños.

También posee un vestíbulo que se conecta con el patio y las escaleras para permitir tanto el orden funcional como su relación hacia la ciudad y el paisaje externo en sentido continuo y horizontal. En la sala hay una chimenea recostada que da confort térmico al lugar y es propiciadora de reuniones familiares.

El investigador escogió estas casas porque pertenecen a los primeros barrios que tuvieron una planeación urbana adecuada para su posterior crecimiento y desarrollo, y además por sus valores arquitectónico- espaciales, como su área y su interacción con el paisaje. Por eso las redibujó digitalmente después de recopilar los planos originales que le facilitó el Archivo Municipal, y recorrió algunas de ellas y para entrevistarse con sus propietarios.

Posteriormente realizó dos fichas por proyecto para describir sus características, de lo general a lo particular, para así poder elaborar o concluir con tres perspectivas la relación visual desde el acceso hasta el patio, pasando por el vestíbulo.

Estas viviendas fueron construidas por algunas de las firmas de arquitectos locales y nacionales más destacadas de la época, como Herrera & Nieto Cano, que tuvieron presencia en la ciudad.

Del bahareque al concreto

En las casas modernas de montaña de Manizales se pasa del bahareque –tradicional en la construcción de las viviendas antioqueñas y cafeteras– al concreto, los perfiles metálicos y los paneles de vidrio. Estas se construyeron principalmente en los barrios Chipre, La Castellana, Belén y Guayacanes, lugares que resultaron claves para el crecimiento económico de la ciudad y su expansión de forma horizontal.

En Bogotá los barrios El Chicó y Santa Ana tienen estas características, lo mismo que el Poblado en Medellín y Ciudad Jardín en Cali.

Carlos Niño, profesor de la U.N. Sede Bogotá, indicó que no solo las grandes ciudades pensaban en construir con base en la arquitectura moderna de la época, sino que también lo hicieron lugares como Manizales –con 167 años de historia–, en donde se desarrollaron proyectos en la ladera y en la montaña, que por lo general causaban desniveles en sus pisos.

En palabras del experto, “en esta ciudad se logra el contraste entre la vegetación y las líneas puristas y superficies de la arquitectura moderna: transparencia y continuidad espacial”.

Las viviendas estudiadas en Manizales aún se conservan, aunque algunas de ellas han tenido transformaciones y han pasado de ser casas de habitación para convertirse en sedes bancarias, establecimientos comerciales y oficinas de servicios, como consecuencia de la reducción de los núcleos familiares de la época, que entonces tuvieron entre 8 y 12 miembros.

Otras siguen intactas, como el conjunto de casas Gómez Arrubla, declarado en 2003 como patrimonio cultural de la ciudad por la Secretaría de Planeación Municipal.

Fabio Zambrano, profesor adscrito al Instituto de Estudios Urbanos (IEU) de la U.N., aclaró que la construcción ha tomado otros rumbos no solo en Manizales sino en todo el país, porque se edifica de forma vertical, típica de apartamentos, y se reducen las áreas de la vivienda, producto del desarrollo de actividades propias de las ciudades que antes se hacían en el hogar.

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