Vías para la paz  Agencia de Noticias UN- El diseño y la rehabilitación de las arterías viales estratégicas que cruzan la subregión del Magdalena Centro forma parte de la propuesta para mejorar la conectividad.

El proyecto, que surge desde el Departamento de Ingeniería de la Universidad Nacional de Colombia Sede Manizales, pretende fortalecer la conexión de al menos 20 municipios de Caldas y Tolima, que a la vez, conformarían un clúster con el ánimo de dinamizar este escenario donde habitan alrededor de 20.000 habitantes.

La iniciativa, catalogada como de interés común regional por parte de la sesión conjunta de asambleas departamentales, celebrada en Fresno (Tolima), contempla la transversal de Caldas para articular el oriente y norte del departamento, vía de aproximadamente 116 kilómetros, promovido por la Sociedad de Mejoras Públicas de Manizales. Así, esta partiría de Perico, pasaría por Victoria, Marquetalia, Manzanares, Marulanda, Salamina y La Merced, y saldría a la Felisa.

“A esta vía se sumaría la conexión por Cementos Caldas para integrar la fértil y marginada región Marulanda-San Félix, pavimentando con asfalto natural, la parte destapada de la carretera de 96 kilómetros entre Marulanda y Manizales, como alternativa a la vía de 129 kilómetros por Salamina”, indicó el ingeniero Gonzalo Duque Escobar, uno de los proponentes junto con Diego Alexander Escobar, director de la Oficina de Movilidad Sostenible del Departamento de Ingeniería Civil.

Asimismo, la propuesta que también es vista como “vías para la paz”, bajo el presupuesto, como lo aseguró Duque Escobar, de “que el transporte rural es un catalizador de la pobreza”, incluye beneficios para Samaná, al proponerse la pavimentación de los 28 kilómetros hasta Cañaveral (Victoria). En este sentido, surge la necesidad de construirun puente sobre Guarinó para conectar a Pensilvania, Manzanares y Marquetalia con Fresno (Tolima).

“Esta obra, además de integrar esta fértil región por el sector de la Marina y El Tablazo, detonaría la creación de un mini clúster subregional y habilitaría una alternativa a los accesos Manzanares-Petaqueros, y Mariquita-Victoria”, acotó el profesor Duque.

Paralelo a esas intervenciones, también se requirió pavimentar los 180 kilómetros de la vía del Renacimiento entre Sonsón y La Dorada, carretera con una longitud de 180 kilómetros, 112 de ellos transitando por Caldas, vital para la salida de Pensilvania a Puente Linda y para el proyecto hidroeléctrico Butantán en el alto Samaná.

Por otro lado, la iniciativa, planteada en otra ocasión en el debate del Plan de Desarrollo 2016-2019 de la Gobernación de Caldas, promueve dos salidas para la región de Marulanda-San Félix. Una de ellas sería a través de la transversal de Caldas llegando de Salamina, para continuar a Manzanares. La otra incluye la carretera Marulanda-Manizales de 96 kilómetros por Cementos Caldas.

Para el norte, además de la tradicional carretera de 115 kilómetros entre Neira y la Pintada por Pácora, los alcaldes reclaman dos nuevas conexiones: la ruta Castilla-Pacífico 3 cruzando el Cauca, carretera de 9 kilómetros para conectar a Pácora con la nueva Troncal de Occidente; y la ruta de Aranzazu a Juntas, en vecindades de Irra y el kilómetro 41.

Según la Oficina de Movilidad Sostenible del Departamento de Ingeniería Civil de la U.N., estos proyectos deben responder varias hipótesis que se deben dilucidar en cuanto a costos, aspectos demográficos y producción potencial, mediante una evaluación integral soportada en la cuantificación de índices de movilidad y accesibilidad.

propuesta vial  Agencia de Noticias UN- Un recorrido en 2,1 horas, además de la reactivación económica de la región, son argumentos de análisis que permiten calificar a esta propuesta vial como la más recomendable.

A esa conclusión llegó el estudiante de la Maestría en Ingeniería - Infraestructura y Sistemas de Transporte de la Universidad Nacional Sede Manizales, Cristian Mateo Loaiza Alfonso, luego de hacer un análisis de accesibilidad territorial de cuatro alternativas viales planteadas para esta zona.

Según el estudio técnico de la firma Civiltec Ingenieros Ltda, el tiempo promedio de viaje actual entre Manizales y Mariquita es de 3,1 horas, con una velocidad probable de 35 kilómetros por hora.

El trayecto de este corredor vial posee una topografía abrupta y su diseño geométrico presenta unos radios de curvaturas mínimos y trazados que hacen incómodo el viaje para los usuarios.

Bajo esta premisa, el estudiante de la Maestría en Ingeniería- Infraestructura y Sistemas de Transporte de la Universidad Nacional Sede Manizales, Cristian Mateo Loaiza Alfonso, analizó la accesibilidad territorial de las alternativas viales presentadas.

Tres de estas fueron propuestas por el Instituto Nacional de Vías (Invías) bajo el contrato 2080 del 2011, suscrito entre la entidad y la firma Civiltec Ingenieros Limitada, y una por la Asociación Público Privada (APP)-Consorcio Alternativas Viales. A esta última firma le fue adjudicada la obra por parte de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI).

Sin embargo, de acuerdo con el análisis realizado por el estudiante de la U.N., ninguna de las alternativas planteadas analizó la accesibilidad de los territorios (oportunidad relativa de interacción y contacto entre regiones, que en la práctica se considera como la menor o mayor facilidad para acceder de un sitio a otro) que están en el área de influencia de las infraestructuras planteadas.

La alternativa uno tendría un recorrido de 1,8 horas, teniendo como origen el Kilómetro 41 y como destino el cruce de la vía Victoria– Guarinó. La opción dos, 1,4 horas, presenta como origen el puente La Libertad de Manizales y como destino la ciudad de Mariquita; la tres es de 2,1 horas, con origen en el sector de La Trinidad y destino en Mariquita. La APP, entre tanto, planteó un recorrido en 2,5 horas, partiendo del sector de La Esperanza.

El objetivo de analizar las cuatro alternativas fue conocer cuál de estas era la mejor desde el punto de vista de la accesibilidad y tener en cuenta cuál opción beneficiaría más a la población en términos económicos, que se reflejan en el incremento del producto interno bruto (PIB) de la región y no solo en la conexión particular entre ciudades.

La región estudiada corresponde a 10 departamentos ubicados en la zona de influencia del proyecto (Caldas, Risaralda, Quindío, Cundinamarca, Chocó, Antioquía, Boyacá, Santander, Valle del Cauca y Tolima)”, manifestó el estudiante.

La zona corresponde al 60.95 % de la población nacional y el 70.92 % del PIB de Colombia.

Según el análisis que hizo Cristian Mateo Loaiza Alfonso, con la asesoría de su director de tesis, el profesor de la U.N. Sede Manizales, Diego Alexánder Escobar García, la alternativa tres es la mejor opción para este sector.

“Con este proyecto, teniendo por ejemplo un tiempo medio de viaje de 10 horas entre los 10 departamentos de la zona de influencia, se está abarcando el 86,37 % de la población. Las otras alternativas presentan menores porcentajes: la uno, 85,11 %; la dos, 85,23 % y la APP, el 82,59 %”, dijo el investigador.

También indicó que otro de los beneficios es que con la alternativa tres se tiene un mejor producto interno bruto (PIB) de la región con 85,64 %, por la reactivación económica en el área de influencia de la obra, mientras que con las otras propuestas se tendría menor porcentaje: la uno, con 84,77 %; la dos, 84,54 %, y la APP, 82,30 % del PIB.

Con el fin de evaluar las alternativas planteadas, se realizó una recopilación de información secundaria requerida para el análisis de accesibilidad territorial (población, actividades económicas, etc.), georreferenciación de las redes viales mencionadas, tiempos medios de viaje, un análisis geoestadístico y la respectiva comparación de los resultados, entre otros aspectos.

“Es un análisis bien detallado con todo el soporte estadístico y matemático para este tipo de trabajos, lo que puede dar mayor objetividad a la decisión que se pueda tomar respecto a estas obras”, puntualizó el profesor Diego Alexander Escobar García.

“El Gobierno Nacional viene usando metodologías para evaluar proyectos de infraestructura vial totalmente diferentes a las aquí expuestas”, advierte el estudiante.

Tal vez por ello, la alternativa APP seleccionada por la entidad estatal es la que menos beneficios representa para la comunidad, según los parámetros de análisis propuestos. En opinión del investigador, su trabajo refleja la necesidad de emplear nuevos métodos para el análisis adecuado de este tipo de proyectos.


Paintball  Agencia de Noticias UN- Bajo la consigna de que los hobbies pueden convertirse en ideas de negocios para emprender un proyecto, surgió Distrito Paintball en Manizales.

El montaje de este proyecto empresarial incluyó una labor socioambiental que llevó al grupo de jóvenes emprendedores a reciclar llantas, carretes de madera, barriles de metal, guadua y estibas, que les sirvieran para armar los muros, trincheras y búnkeres del escenario, donde los equipos en contienda simulan una batalla lanzándose bolas rellenas de pinturas.

“Con todo este material logramos diseñar la cancha que está a las afueras de la ciudad y donde, hasta hoy, nuestro mayor público son los niños”, anotó la joven estudiante de Arquitectura.

La propuesta emprendedora, que hace parte de las 82 consignadas en el programa “Startup Más” de la Alianza Suma (Sistema de Universidades de Manizales), por parte de la Universidad Nacional de Colombia Sede Manizales, saltó de las aulas a una cancha de 3.600 metros cuadrados, donde se desarrolla el deporte extremo, que al traducirse al español se lee como “bola de pintura”.

La idea, concebida por los universitarios Tomás Gaviria, Alejandro Vanegas, Juan Camilo Mejía, Juanita Gaviria (programa de Arquitectura) y Agustín Mejía (programa de Ingeniería Civil), despegó hace seis meses en la ciudad como una nueva alternativa de recreación.

“Este proyecto surgió de la necesidad de tener otro espacio recreativo que tuviera un servicio eficiente, a partir de nuevos equipos y uniformes, además de una amplia cancha rodeada de naturaleza”, reveló Juanita Gaviria, una de las gestoras del proyecto.

Por ello, cuando aterrizaron la propuesta en términos de financiación, la tarea se direccionó a buscar el lugar (sector de Maltería, en la vía Panemericana) para poner en marcha una idea de negocio, dirigida a todo público ávido de fortalecer las horas de esparcimiento.

Para el grupo, el mayor objetivo es darse a conocer más en Manizales y la región. De ahí parte uno de sus mayores enfoques, ayudados de las diferentes redes sociales para promocionar y divulgar el proyecto.

Con lo que aprenden en los talleres, ejercicios y campamentos de entrenamiento (bootcamp), con relación al diseño de la propuesta de valor y modelo de negocio, emprendido por el programa Startup Más, el horizonte se extiende a la inclusión de otro deporte similar, conocido como Airsoft, que simula actividades militares, con la diferencia de que en vez de bolas, las marcadoras (pistolas) expulsan balines.

“En un largo plazo miramos esa posibilidad, para diversificar el servicio recreativo, mientras nos vamos consolidando como empresa que surge desde la necesidad de emprender a partir del juego”, anotaron los universitarios.

Este proyecto hace parte de la etapa persigue del programa Startup Más. Como se recuerda, la última convocatoria de esta iniciativa, celebrada el pasado fin de semana, albergó 77 ideas de negocios jóvenes que validaron sus propuestas para conocer su viabilidad en el ámbito local. De ese número, 17 provenían de estudiantes y egresados de la U.N. Sede Manizales.


Posacuerdo  Agencia de Noticias UN- Tanto el Estado como los sectores privado y público, la sociedad civil y la academia deben trabajar de manera coordinada para apostarle a una paz duradera.

En este tema insistió el estudiante de la especialización en Gestión Cultural con énfasis en Planeación Cultural de la U.N. Sede Manizales, Jorge Hernán Arbeláez Pareja, pues señala que en el país hace falta hacer una mayor pedagogía para la paz, entendida como la cantidad de información teórica y conceptual que se ha elaborado sobre este tema y que la comunidad desconoce.

Arbeláez ha sido docente de la U.N. y ha orientado conversatorios de la Fundación Gestión Social y Ambiental de Medellín, que impulsa el tema de pedagogía para la paz.

Por eso hace el llamado a las universidades para que avancen y promuevan procesos de investigación con el fin de determinar causas y consecuencias a una labor práctica con la sociedad civil, líderes comunitarios, la clase política y el sector público. De esta manera, combatir mitos y presunciones sobre el proceso de paz, por ejemplo, pensar que el Gobierno le está entregando el país a la guerrilla o que todo lo que se está construyendo en La Habana es oculto.

“Todavía hay enormes resistencias sobre los supuestos básicos de la solución pacífica del conflicto. Por eso, se tiene que hacer un trabajo en inversión social, porque no se trata de la desmovilización de 40 mil hombres armados, sino de la generación de oportunidades de empleo y de inserción social que eviten que ellos vuelvan a las armas”, explicó.

Este tipo de apuestas también permitirá que ellos puedan desarrollar actividades políticas con las reglas de la democracia, después de realizar, en la medida de las circunstancias, ajustes en materia de participación política y desarrollo agrario por parte del Gobierno Nacional, necesarios para avanzar hacia una sociedad más justa y equilibrada.

“Llegará un momento en el que hay que refrendar los acuerdos de La Habana, porque los actuales terminarán en un feliz término con todas las dificultades y escollos que se tienen”, manifestó el docente Arbeláez Pareja. En ese momento, agregó, la ciudadanía debe tener una información mínima que le permita aprobar o negar los acuerdos de paz, es decir, conocimiento de causa.

El Gobierno Nacional ha avanzado en materia de pedagogía para la paz con la creación de una cátedra obligatoria para todas las instituciones de educación pública y privada del país. Adicionalmente, ha aportado en la elaboración de materiales y contenidos a través de la oficina del Alto Comisionado para la Paz.

A ello se suman los seminarios y foros en distintas zonas del país alusivos a este tema de tanta relevancia para toda la población. “Hasta ahora, el esfuerzo del Gobierno ha estado enfocado principalmente en los gobernantes de las entidades territoriales, en especial en aquellas zonas que han sido tradicionalmente de conflicto (Antioquia, Nariño, Caquetá y Meta). Muchos de estos sitios serán receptores de desmovilizados, además hay un número significativo de víctimas con las que se debe realizar un proceso de reparación”, explicó Jorge Hernán Arbeláez.

Por otro lado, se requiere el concurso del sector privado en este proceso porque es una de las principales fuentes de empleo del país y además contribuyen a una mejora social.

Otra de las garantías para la conciliación o una paz duradera es la generación de unas mínimas condiciones de calidad de vida, y el sector privado puede aportar en esto con la generación de proyectos de desarrollo económico agroindustriales para acoger a este tipo de población.

“Los empresarios son muy importantes porque generan opinión pública comprensiva y amiga del proceso de paz colombiano. Sus conocimientos serán de gran apoyo para la consolidación del posacuerdo y, sobre todo, de los procesos de reinserción”, concluyó.


BIC  Agencia de Noticias UN- Un total de 16 puentes ubicados en Cauca (11), Valle del Cauca (3) y Nariño (2) fueron cobijados por la categoría como Bienes de Interés Cultural (BIC), distinción que no incluye inversiones por parte del Ministerio de Cultura para su preservación.

Esta categoría fue establecida por la Ley 397 de 1997 para conservar los bienes del patrimonio cultural, sean muebles o inmuebles, que por su valor excepcional requieren de un tratamiento especial. De acuerdo a la Ley, el Ministerio de Cultura es el organismo encargado de formular, coordinar, ejecutar y vigilar la política del Estado en materia de cultura.

La declaratoria entregada en noviembre de 2015 a las autoridades de los municipios, donde se encuentran ubicadas las construcciones, tiene un nivel de reconocimiento, pues otorga cierto grado de protección para evitar que sean intervenidos, al igual que su área a la redonda.

Sin embargo, “eso no se traduce en dinero por parte del Ministerio de Cultura, más bien es una carta de presentación que tienen los alcaldes para gestionar ante el Sistema de Regalías o fondos internacionales, porque no dejan de ser propiedades de los municipios”, afirma el docente Jorge Galindo Díaz, de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Manizales.

En ese sentido, Alberto Escovar, director de Patrimonio de MinCultura, precisa que la preservación y conservación de estos inmuebles de gran presencia histórica es competencia directa de los entes territoriales.

El proceso para su declaratoria se sustentó en un reconocimiento físico de las estructuras, el registro fotográfico, el levantamiento planimétrico y el estudio histórico del conjunto y de cada puente por separado, investigación adelantada por el profesor Galindo.

En 2006 este arquitecto emprendió un periplo por ese territorio que lo llevó, luego de un año, a identificar 47 puentes de arco de ladrillo construidos en las postrimerías de la Colonia hasta los primeros años de la República, con el objetivo de impulsar actividades comerciales, políticas y sociales. El inventario sirvió para que el Ministerio de Cultura iniciara un proceso de reconocimiento como Bienes de Interés Público en el ámbito nacional.

Sistema de interconexión

Entre los puentes categorizados como BIC se encuentran el puente Ortiz (Cali, construido en 1845), el puente de El Tablón de Gómez (Nariño, edificado en 1893) y el llamado puente de los Esclavos (en la vía entre las poblaciones de Miranda y Corinto, en el Cauca, erigido en 1897).

“En cada uno existen diferencias de conservación, los que están ubicados en áreas urbanas como el del Humilladero están más preservados, mientras hay otros en áreas aisladas que solo registran vestigios, pero aun así son de valioso aporte histórico”, manifiesta Diana Camelo, integrante del Grupo de Investigación y Documentación del programa Nacional de Inventarios del MinCultura.

Este tipo de puentes se construyeron con ladrillos a la vista (fabricados en hornos artesanales) y arcos sacados de moldes de madera. Estos materiales fueron pegados con morteros de cal, una técnica de construcción mediterránea, que se estima llegó al sur de Colombia gracias al sacerdote Barbetti.

Precisamente, a este clérigo se le atribuye la iniciativa para construir el puente del Humilladero sobre el río Molino, ubicado entre el centro de Popayán y el barrio Bolívar, donde según relatan existía una falla antes de su construcción, que obstaculizaba la subida al lugar. Las personas que escalaban lo hacían casi en cuclillas y pretendían llegar al otro lado de la ciudad. Muchas veces la subida era de rodillas, por la inclinación de la pendiente.

Aunque en la actualidad es considerado uno de los puntos clave para el fomento de la cultura, donde se presentan grupos musicales, obras de teatro, danzas y poesía, hace años fue una de las entradas principales de la ciudad; por ahí ingresaron los ejércitos libertadores durante la gesta de la independencia.

Pormenores del estudio adelantado por el profesor Galindo detallan que para 1868, cuando iniciaron los trabajos del puente del Humilladero, ya existía en Popayán el puente Viejo sobre el río Cauca, terminado en 1770. Esta construcción permitió el nacimiento y desarrollo de una tradición artesanal, capaz de combinar técnicas ancestrales de origen mediterráneo, con habilidades operativas propias de los albañiles de la región.

Desde entonces, nuevos puentes de arco de ladrillo se fueron construyendo sobre la vía que comunicaba a Popayán con Cali y Buga, así como sobre el camino hacia Pasto.